Letras Inspiradoras: Por Qué Nos Cuesta Tanto Decir "No"

in Womentribe2 days ago (edited)

Acabo de leer el post de la iniciativa de @syllem y de inmediato me sentí identificada, conectada. Es algo extraño el darme cuenta de que esa dificultad para establecer límites es un problema universal y, a la vez, tan personal. No entiendo por qué a muchos de nosotros, y me incluyo, obviamente, sin dudarlo, nos cuesta tanto decir "no", negarnos a hacer algo que no nos agrada, no nos provoca o que simplemente no queremos hacerlo, y todo por no hacer sentir mal a la otra persona. Hasta hace un tiempo, no muy lejano, yo desconocía la palabra "no", cuando me pedían algo.

Es un acto de auto-sabotaje emocional. En mi cabeza, sé perfectamente que tengo derecho a mi tiempo, a mi espacio y a mis propias preferencias. Cuando alguien me pide un favor que me podría consumir mucho tiempo o quizás no tanto, que me exige energía que no tengo o me arrastra a un compromiso social al que preferiría no ir, la respuesta lógica y honesta debería ser un rotundo, aunque educado, "Lo siento, no puedo". Pero en lugar de eso, mi boca se abre para decir de manera dubitativa "Sí, claro, no hay problema". Y lo peor es que, mientras mi boca asiente, mi interior se retuerce de resentimiento o de la sola pereza de tener que cumplir con algo que definitivamente no tengo ganas, no quiero, no me provoca hacer.

I just read @syllem's post about the initiative and immediately felt identified and connected. It's strange to realize that this difficulty in setting boundaries is a universal problem and, at the same time, so personal. I don't understand why so many of us, myself included, obviously, without hesitation, find it so difficult to say “no,” to refuse to do something we don't like, don't feel like doing, or simply don't want to do, all because we don't want to make the other person feel bad. Until recently, I didn't know the word “no” when someone asked me for something.

It's an act of emotional self-sabotage. In my head, I know perfectly well that I have a right to my time, my space, and my own preferences. When someone asks me for a favor that could take up a lot of my time, or maybe not so much, that demands energy I don't have, or drags me into a social commitment I'd rather not attend, the logical and honest answer should be a resounding, albeit polite, “I'm sorry, I can't.” But instead, my mouth opens to say hesitantly, “Yes, of course, no problem.” And the worst part is that, while my mouth agrees, my insides are twisting with resentment or the sheer laziness of having to do something that I definitely don't feel like doing, don't want to do, and don't feel like doing.

Creo que la raíz de este problema está en una compleja mezcla de miedo al conflicto y una necesidad, a veces desesperada, de aprobación o de ser percibida como una "buena persona". Nos han enseñado, de alguna manera, que ser amable es sinónimo de ser complaciente. Decir "no" se siente como un acto de agresión, de egoísmo o de frialdad. Temo profundamente la posibilidad de ver una expresión de decepción, de enfado o, peor aún, de desprecio en el rostro de quien me pide algo. El pensamiento recurrente es: ¿Y si dicen que soy una antipática? ¿Y si dejan de contar conmigo? ¿Y si pierdo esta amistad o esta oportunidad por priorizarme?

Esta auto-imposición de ser el eterno "sí" tiene un costo muy elevado en mi bienestar. Acabo con la agenda saturada, con la energía agotada y, paradójicamente, con las relaciones tensas, no por el conflicto externo, sino por el conflicto interno que me genera la obligación autoimpuesta. Estoy presente en lugares o haciendo tareas con una sonrisa forzada, mientras por dentro, mi espíritu está gritando: ¿Por qué no dije que no?

I believe that the root of this problem lies in a complex mixture of fear of conflict and a sometimes desperate need for approval or to be perceived as a “good person.” We have been taught, in a way, that being kind is synonymous with being complacent. Saying “no” feels like an act of aggression, selfishness, or coldness. I deeply fear the possibility of seeing an expression of disappointment, anger, or, worse still, contempt on the face of the person asking me for something. The recurring thought is: What if they say I'm unfriendly? What if they stop counting on me? What if I lose this friendship or this opportunity by putting myself first?

This self-imposed obligation to always say “yes” takes a heavy toll on my well-being. I end up with a packed schedule, exhausted energy, and, paradoxically, strained relationships, not because of external conflict, but because of the internal conflict generated by my self-imposed obligation. I am present in places or doing tasks with a forced smile, while inside, my spirit is screaming: Why didn't I say no?

Y como dije al principio, desde hace un tiempo a esta parte, he aprendido a decir "no" a algo que no quiero hacer, sin sentirme mal por eso, porque no es un rechazo a la persona; es un acto de respeto propio y, en última instancia, un acto de honestidad hacia el otro. Es mucho más dañino prometer mi tiempo y mi presencia y luego resentir a la persona o cumplir sin el deseo de hacerlo, que establecer un límite claro desde el principio. Es una lección que aprendí y con la que me siento cómoda, aunque a veces, solo a veces, vuelvo al círculo vicioso del "sí". Supongo que es una labor de hormiguita. Aún estoy tratando de asimilar que la amabilidad genuina no tiene por qué ir de la mano de la complacencia ciega. La verdadera empatía empieza por ser honesta conmigo misma para luego serlo con los demás. Solo así podré recuperar mi tiempo y, lo más importante, mi paz.

And as I said at the beginning, for some time now, I have learned to say “no” to something I don't want to do, without feeling bad about it, because it is not a rejection of the person; it is an act of self-respect and, ultimately, an act of honesty towards the other person. It's much more harmful to promise my time and presence and then resent the person or fulfill the request without wanting to, than to set a clear boundary from the start. It's a lesson I've learned and feel comfortable with, although sometimes, just sometimes, I fall back into the vicious cycle of saying “yes.” I guess it's a slow and steady process. I'm still trying to come to terms with the fact that genuine kindness does not have to go hand in hand with blind complacency. True empathy begins with being honest with myself and then with others. Only then can I reclaim my time and, most importantly, my peace.

Créditos

Credits

Fotografías propias, editadas con ToonMe, app gratuita de Playstore y las portadas son de Canva.

Own photographs, edited with ToonMe, a free app from Playstore, and the covers are from Canva.

Contenido 100% original, de mi propia autoría.

100% original content, of my own authorship.

Traductor utilizado DeepL.

Used translator DeepL.

Sort:  

🐕 Thanks for sharing your vibes with #hueso! 🦴 You received 1 Hueso token gift.

La palabra "autosabotaje" quedó en mi cabeza, es que es verdad, terminamos muchas veces haciendo cosas que no queremos por hacer felices a los demás, pasando por encima de nosotros mismos. Un "No" no debería causarnos pena ni pesar, así como ese "No" no debería causar un efecto negativo en la otra persona.

Sí, lo que creo que sucede, es que nos creamos expectativas con las personas y ellos con nosotros, y esa necesidad de complacer, de estar siempre es lo que hace que casi nunca tengamos un "no" para los demás, más allá de que sea recíproco o no. Me ha pasado que decía que no a algo y la cara de decepción de la otra persona, me hacía sentir mal y terminaba por decir "bueno, está bien". Pero ya no me dejo llevar por las expresiones de los demás. He aprendido a decir "no" sin sentirme mal por eso.

Desde que aprendí a ignorar y a decir "no" soy más feliz, esta verdad es mía y al leerte me volví a identificar. Es sano y está bien, eso y al que le moleste ... pues ni modo.
Saludos amiga.

Totalmente, mi Luisita. No podemos estar complaciendo a todo el mundo, por encima de nuestros propios deseos.

Un abrazo, bella.

Tal cual me ha pasado amiga, me da mucha risa porque es como en las películas, cuando alguien piensa todo lo que debería decir y termina diciendo algo para agradar a la otra persona, así como cuando nuestro cuerpo grita ¡noooo, no quiero ir! y en medio de una sonrisa decimos: ¿Claro vale!, no hay problema. Es algo tan ilógico, que no lo comprendo.

Pero creo que lo más importante es reconocer lo que está pasando, eso nos ayuda a estar conscientes de lo que queremos cambiar, y así podemos, poco a poco, disminuir la frecuencia de los sí que decimos por compromiso o por agradar, hasta que al final podamos deshacernos de ellos. La práctica hace al maestro y no se trata de ser odioso, sino de respetar nuestros deseos.

Te cuento que a mí me ha marcado profundamente cuando alguien me dice no, porque es algo que muy poco me pasa, pero comprendo que están en su derecho y es algo que los muestra como personas seguras, por otra parte, no albergo ningún sentimiento negativo hacia ellos, de hecho ni recuerdo quien se ha negado a alguna petición mía 😂.

Amiga, fue un gusto leerte, gracias por compartir con nosotros tu experiencia, eres siempre bienvenida.

Un abrazo 🤗.

Jajajaja así mismo es... "Dale, si va" y por dentro ¿qué dijiste? 😂
En mi caso, creo que tampoco me han dicho que no, pero es porque nunca he pedido nada 🤭... por ese mismo miedo al rechazo, prefiero no pedir nada. Solo a mi hijo, le pido que me acompañe al mercado y esas diligencias aburridas y si se niega (casi siempre) trato de negociar con él, pero de resto no me gusta pedir nada. Puedo contarte lo que me pase y si quieres apoyarme, chévere. Y si no quieres, también está bien. No me hago expectativas con nadie.

Gracias a ti, por esta fantástica iniciativa. Me encanta. ✨

Exacto, también he aprendido a no pedir nada, al menos fuera de casa, jajaja.
Un gran abrazo 🤗.

😂😂😂

Querida Alicia (@purrix), en tus letras has diseccionado con precisión cómo la obligación autoimpuesta socava nuestra paz, y cómo aprender a negarse es redescubrirse. Maravilloso tu texto.
Cariños del domingo.
!ALIVE