Creo, honestamente, que ya no sufro por amor. En el sentido de sentirte triste, llorar, deprimirte por causa del amor. Eso ya no me pasa. Yo hace rato que no ando deshojando margaritas…”Me quiere, no me quiere”...”Si me engaña o me deja, me muero”...Durante más de tres décadas he tenido diversas formas de relaciones amorosas que van desde el noviazgo breve, el amigo con derecho, la pasión intensa y fugaz, el peor es nada y la relación de pareja. Me curaron en salud.
Aunque, debo confesar, que en mis más recientes relaciones amorosas, que fueron intensas y fugaces, pasé malos ratos y lo que sentí fue rabia, decepción, y sobre todo rabia conmigo misma, por enredarme con sujetos que yo sabía que no me iba a ir bien, que no me iban a hacer feliz. Tipos tóxicos, poco caballerosos, con ganas solamente de meterte mano. Ay, no. ¿Dónde quedó el romanticismo?
(Imagen de No-longer-here en Pixabay)
A veces sí tengo es nostalgia, por no haber vivido en esa época en que el hombre se tomaba el trabajo de enamorarte, te trataba bonito, te regalaba flores. Ahora pareciera que lo que quieren es protagonizar una canción de reggaetón…”Tú eres mi perrita, mamá”... Yo no quiero estar con nadie que me trate así. Ni quiero ser la “geva” de alguien. No, definitivamente NO, así con mayúscula.
El amor cuando es verdadero, cuando es sano, te hace feliz. Te sientes bien cuando estás con esa persona, esa persona se siente bien cuando está contigo, algo en ti florece. Sí, te llenas de una energía especial que no está allí cuando estás solo. Sientes una gran motivación, ves todo más bonito, tu alma se llena de esperanza, a tu mente se le dispara la creatividad y a tu cuerpo la serotonina. Es el sentimiento más hermoso y enriquecedor que te puede ocurrir, sin duda.
Cuando era joven vivía enamorada, es decir, vivía enamorada del amor, quería enamorarme y ser feliz para siempre… Cuando no has vivido el amor, y has leído demasiados cuentos de hadas, ves a alguien que te gusta y lo conviertes en tu “príncipe azul” o “tu princesa”. Y mientras estás en la etapa del enamoramiento todo es una maravilla. Hasta que te enteras de que sencillamente es un ser humano común y corriente y hace cosas que te molestan y no lo soportas, o te enteras de que tiene otra u otras novias o un buen día deja de llamarte y se pierde sin darte explicaciones o te da una explicación ridícula, antes de desaparecer.
Entonces se rompe el hechizo, se acaba el cuento de hadas y empieza el sufrimiento. Sientes que te engañó…el amor…que no era así tan bonito, que no era así tan para toda la vida, “hasta que la muerte nos separe”...si tienes suerte, y paciencia, terminas encontrando a alguien que no es tan príncipe azul, pero te hace feliz, te acompaña, te apoya, está dispuesto a aceptarte como eres, “con tus cosas”, tu temperamento, tus mañas, la cara que tienes cuando te levantas. Yo ese ciudadano no lo he conseguido, pero existen. O lo conocí por temporadas…
Al final, vamos a convenir que el amor y el sufrimiento por lo general vienen en combo. Porque somos humanos y a veces tenemos actitudes que hacen sufrir a quienes nos quieren. No sólo a nuestra pareja, también a nuestros padres, nuestros hermanos, nuestros amigos. La magia del amor quizá está allí, en esa capacidad que tenemos cuando amamos de perdonar, o de tolerar, esas actitudes que nos molestan o nos duelen de esa persona que amamos. Yo nunca estuve de acuerdo con aquella famosa frase del personaje de la película “Love Story”: “Amar es nunca tener que pedir perdón”. Todos alguna vez tuvimos que pedir perdón o disculpas a quien amábamos.
Gracias a @brujita18 y @annafenix por esta iniciativa para la comunidad de @mundohispano ¿Crees que sea posible amar sin llegar a sufrir? Invito a participar en esta iniciativa a @tibaire @charjaim @rinconpoetico7 y @edujo https://peakd.com/hive-117341/@annafenix/echame-el-cuento-se-puede
