En una casa al borde del río, una anciana artista solitaria contaba una leyenda a los niños del pueblo. "Érase una vez una niña dueña de un pincel mágico", así comenzaba su relato. Los niños escuchaban atentos hasta el final, pero este les inquietaba mucho porque quedaba la interrogante: "¿Qué pasó con el pincel?" La anciana sonriendo y señalando una pintura suya colgada en la pared, un lienzo lleno de colores vibrantes. "El pincel no era lo importante", decía, "sino lo que esa niña aprendió mientras lo usaba".
Mi querida Vanessa (@vezo), tu historia, tiene la capacidad de tocar el corazón, inspirar y dejar una enseñanza maravillosa. Gracias por compartirla 🌟
Cariños desde este lado de la pantalla.
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