

The other day, I was on public transportation and the driver had the radio on. It was an “old-school” music station, as young people would say today, playing music from the 80s and 90s. He was comparing the difficulties faced by young people back then with those faced by young people today. For example, when we wanted to record a particular song or piece of music, we would do so via the radio, ready with our cassette tape we had our player ready to record and pressed the Rec button to start recording as soon as the song began, praying that the announcer wouldn't talk and ruin our recording.
Then, in the middle of explaining all this, the announcer asked on air if they knew what a cassette was, and there were more than a few who responded that they had no idea what it was, so he explained what it was. This struck me because I realized that many things from my youth, which were used in those years, precisely the 70s, 80s, and 90s, are not even mentioned today, and our young people are unaware of these items. Likewise, many customs that we practiced, such as writing our letters by hand, have been lost today.
Now that there are countless apps that help us, myself included, to communicate with just one click, writing by hand has become obsolete. Although for me, a handwritten message or letter is still worth more than a WhatsApp message, I have had to adapt to this custom. I still remember the excitement of waiting for a reply to that letter I sent. These are feelings that this generation will know little about, and the saddest thing is that something so genuine has gradually been lost over time, but that's the way this new world is.

All this led me to other memories, like when we went to the VHS movie rental store and begged for the movie we wanted to see to be available. Now, with the different apps we have at our disposal, we just have to choose the movie we want to enjoy, without having to leave home or wait for it to be available. I also remember when we went out to find an address or visit an unfamiliar town, we would go with our map in hand, asking the man at the kiosk or the coffee vendor for directions. Now we simply ask the person we are visiting for the location, and any app will take us straight to our destination.
I also remember where I kept my special memories, such as love letters, birthday cards, photos, stickers, event tickets... mine were in a shoebox stored at the back of my closet, ha ha ha. Now they are in the cloud on the internet, at least. When we were kids, we would go out into the street to find our friends to talk to them, because WhatsApp didn't exist, only landlines, not to mention cell phones, and often they were blocked or literally locked, to be used only in “emergencies,” ha ha ha ha ha.
And just like these experiences, there were many others that we enjoyed to the fullest. It wasn't perfect, but it was ours, and today we laugh at all the adventures we had to go through to communicate, share, and cultivate our tastes. It was worth it because it was very real, because all these experiences have shaped us; they are part of our essence. Look at everything that radio host made me remember and reflect on with his story about a recording on an old cassette tape. I love reminiscing with you all. Cheers!


En estos días me encontraba en un transporte público y el chofer tenía puesta la radio y era una emisora de corte musical "antigua" dirían los jóvenes hoy día, con música de los 80-90 y él comparaba las dificultades que enfrentaban los jóvenes de aquellos años, en comparación con los de ahora; ejemplo como cuando queríamos grabar una canción o música en especial, lo hacíamos a través de la radio y listos con nuestro casete, estábamos con nuestro reproductor listo para grabar y pulsar la tecla Rec para que empezara a grabar, en cuanto comenzara la canción y rogando para que el locutor no hablara y dañara nuestra grabación.
Entonces, en medio de la explicación de todo esto, el locutor preguntó al aire si sabían lo que era un casete y hubo más de uno, que respondieron que no tenían idea de lo que se trataba, y él explicó de lo que se trataba. Esto me impacto, porque me di cuenta de que ya muchas cosas de mi juventud, que se utilizaban por aquellos años, precisamente 70, 80, 90 ya hoy día ni se mencionan y nuestros jóvenes desconocen estos artículos; al igual que muchas costumbres que nosotros aplicábamos, como escribir nuestras cartas a mano hoy día, esta costumbre se ha perdido.
Ahora que existen infinidades de aplicaciones, que nos ayudan y me incluyo para poder comunicarnos a solo un clic; escribir de puño y letra se ha vuelto algo obsoleto. Aunque para mí, sigue valiendo más, un mensaje o carta escrita a mano que un WhatsApp enviado, pero esta costumbre, aunque me ha tocado adaptarme. Aún recuerdo la ilusión por espera de la respuesta por aquella carta enviada, esas son sensaciones que esta generación poco conocerá y lo más triste es que algo tan genuino poco a poco se ha ido perdiendo en el tiempo, pero así es este nuevo mundo.
Todo esto me llevó a otros recuerdos, como cuando íbamos a la tienda de alquiler de películas de VHS y rogábamos para que la película que queríamos ver estuviera disponible. Ahora, con las diferentes aplicaciones que tenemos a nuestra disposición, solo tenemos que escoger, sin tener que salir de casa ni esperar que esté disponible, la película que queremos disfrutar. Recuerdo también, cuando salíamos a buscar una dirección o íbamos a visitar un pueblo desconocido, nos íbamos con nuestro mapa en mano preguntando, al señor del quiosco o al que vendía café; ahora simplemente le pedimos la ubicación a quien vamos a visitar y cualquier app nos ubica directo a nuestro destino.
Aún recuerdo también, donde guardaba mis recuerdos especiales, como cartas de amor, tarjetas de cumpleaños, de amor, fotos, pegatinas, entradas a eventos... los míos estaban en una caja de zapatos guardados al fondo de mi closet, ja, ja, ja. Ahora están en la nube en internet, como mínimo y cuando estábamos chicos, salíamos a la calle a buscar a nuestros amigos para hablar con ellos, porque no existía el WhatsApp, solo teléfonos fijos, ni hablar de celulares y muchas veces lo tenían bloqueado o con candados literal, para solo utilizarlos en "emergencias" jajajajaja
Y así como estas experiencias, muchas otras más que nos las disfrutamos a cabalidad. No fue perfecta, pero fue nuestra, y hoy en día nos reímos de todas las peripecias que tuvimos que hacer para poder comunicarnos, compartir y cultivar nuestros gustos. Valió la pena, porque fue muy real, porque de todas estas vivencias estamos formados, es parte de nuestra esencia. Fíjense todo lo que me hizo recordar y reflexionar aquel locutor, con su cuento de una grabación en un viejo casete. ¡Me encanta recordar junto a ustedes, saludos!

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