Imagen de mi autoría generada con ChatGPTElla nunca la envió.
Esa carta estuvo ahí, guardada entre las páginas de un viejo libro de cuentos infantiles, que ya ni recordaba haber leído, y que había escrito justo después de ese día, cuando el la abandonó.
A veces la veía al ojear el libro, así como se ve una caja con cosas viejas que no queremos abrir, porque sabemos perfectamente lo que hay adentro. Nunca la leyó de nuevo, pero sabía de memoria cada palabra que había escrito hacia tantos años atrás.
Toda la rabia, toda la tristeza, todo lo que le habría querido decir aquella vez y que no se atrevió.
Fue una carta escrita con los dientes apretados, con las manos temblando, con un nudo en el pecho y que todavía dolía si lo pensaba demasiado. Pasaron los años, y esa carta se volvió un símbolo.
De lo que no fue.
De lo que no dijo.
De lo que no sanó.
Pero hoy, no sé por qué, o sí sé pero no lo quiero explicar, se levantó, fue directo al patio y sin leerla, sin darle un último repaso, le prendió fuego.
Nada de ceremonias, nada de despedidas dramáticas, de manera estoica la quemó.
Y mientras veía cómo el papel se doblaba y se convertía en ceniza, entendió que no se trataba de olvidar, ni de justificar, ni de fingir que no dolió. Era algo más simple y más difícil a la vez.
Perdonar.
Perdonar, no por el otro, sino por ella misma, porque cargar con eso durante tanto tiempo… también quema.
Ese día no cambió el pasado, pero sí cambió su forma de caminar hacia su futuro.
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Invito a: @alicia2022 @osomar357 @ungrancuento
🇬🇧 English Version
Image of my own generated with ChatGPTShe never sent it. That letter was there, tucked away between the pages of an old children's storybook, which he didn't even remember reading, and that she had written just after that day, when he left her. Sometimes he'd see it when flipping through the book, like a box of old things we don't want to open, because we know exactly what's inside. He never read it again, but he knew every word he'd written all those years ago by heart. All the rage, all the sadness, everything he wanted to tell her that time but didn't dare. It was a letter written with gritted teeth, with trembling hands, with a lump in his chest that still hurt if he thought about it too much. Years passed, and that letter became a symbol. Of what wasn't. Of what he didn't say. Of what didn't heal. But today, I don't know why, or I do know but I don't want to explain, he got up, went straight to the patio, and without reading it, without giving it a final once-over, he set it on fire. No ceremony, no dramatic goodbyes, he stoically burned it. And as he watched the paper fold and turn to ash, he understood that it wasn't about forgetting, or justifying, or pretending it didn't hurt. It was something simpler and more difficult at the same time. Forgive. Forgive, not for the other person, but for herself, because carrying that around for so long… also burns. That day didn't change the past, but it did change the way she walked toward her future. If you want to participate in this content I invite: @alicia2022 @osomar357 @ungrancuento
