Until that night I could say that I had never experienced fear before. I mean fear of the supernatural.
Since I was a child I had a deep connection with the unusual, a predisposition that later, over time, I tried to attribute (I don't know if correctly) to the feminine sixth sense. I was attracted to the possibility of parallel worlds, stories from beyond. As I advanced in age my experiences gained meaning, that other "universe" manifested itself in different ways.
I guess you're wondering if I have a bit of a medium. No, I don't think so. He could only understand inexplicable signals.
So my "vision" became deeper, I could see things that other people couldn't and it made me feel special in some way.
The signs came through dreams, shadowy presences that passed by me, leaving a certain cold on the back of my neck. The curious thing was that this did not manage to frighten me despite the dark tone that events like this usually have.
There came a time when these emissaries were not satisfied with their role as passive ghosts or with simply appearing in dreams, but rather they needed to make themselves felt in a closer, almost physical way. Then they disturbed my rest by sitting next to me in bed or rocking in the armchairs (the sound of the balance at midnight revealed this), they let me smell their smell from when my protective companions were alive. They were my dead, my relatives accustomed to being present for me and my house and preventing us from any harm. The bond with my paternal grandmother or my deceased uncles was so strong in life, that in death they did not resign themselves to stop watching over us.
But the obsession of the "non-living" can be terrible. In the mornings, my father joked saying: Did they let you sleep last night? But the joke wasn't so much when it started to make me uncomfortable. I needed at least one night of uninterrupted sleep.
Searching for peace for my mind and my body, I found the Christian faith, so luminous, so full of goodness! Then I was unaware that I was about to experience something terrible.
When the light is purer the shadows become restless. They fear being forgotten or, in this case, losing their control and their space. They try to prevent the bridge between them and us from being torn down, they try to avoid it at all costs. My story is not about my dead, they undertook their definitive journey. What I am going to tell you has to do with a shadow that is too dark.
It was a common night, ideal for rest. It had just rained and the humidity cooled the warm nighttime hours of the local climate. I went to bed and remember falling asleep immediately until a very strong presence woke me up. I opened my eyes and saw a shadowy silhouette, much more defined than what I was used to seeing. I couldn't identify its gender, nor did it have a precise face, it was just a shadow very similar to humans, with no apparent identity. Let's call it "The Dark" from now on.
I knew that "The Dark" was no one close, he did not figure among the noble spirits. Certainty came to me through the same instinct that inflicted fear on me. "It" was there and it wasn't good.
I tried to scream although my mouth wouldn't open to the sound.
I wanted to get up and found myself absolutely immobile, I couldn't move any muscle. I barely had control of my eyes. "The Dark" approached until it was on top of him. He made me feel his weight pressing on my chest with his limbs (I can't be sure they were hands).
He got very close to my face and so my only and best recourse was to start a prayer in my mind. The event lasted several minutes, time for a silent battle, without shouts, without words. Until he fled like a terrified beast, without other signs, without major evils.
Dead or demon, I can only say that it is the most horrible experience I have ever had and at the same time the greatest victory achieved, spiritually speaking. I defeated "The Dark" and was filled with peace.
After that undesirable visit I have not had paranormal experiences of that nature again, the dead do not manifest themselves, although, sometimes, in dreams, I still receive messages that only I can decipher.
Friends of #Spookyzone in @zonadeescalofrio, this is an absolutely true story and I have not altered any aspect of it. I don't like to talk about this event, I think it is the second time I have done it and the only one for such a wide audience. Today I shared it in response to the call from @avdesing and I invite @yuraimatc and @marabuzal to join this initiative that is about to expire.
I hope you found the reading enjoyable.
You know: if a shadow appears at night and you feel a terror that paralyzes you beyond the physical, rest assured that it will not be benevolent in the matter.
Until another post. It has been a pleasure to arrive before you.
They remain embraced and with lots of light.
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Hasta esa noche podría decir que nunca antes experimenté el miedo. Me refiero al miedo ante lo sobrenatural.
Desde niña tuve una conexión profunda con lo insólito, una predisposición que luego, con el tiempo, intenté adjudicar ( no sé si acertadamente) al sexto sentido femenino. Me atraía la posibilidad de los mundos paralelos, las historias del más allá. A medida que avanzaba en edad mis experiencias cobraban significado, se manifestaba ese otro "universo" en disímiles maneras.
Supongo se preguntarán si tengo un poco de medium. No, no lo creo. Solo podía entender señales inexplicables.
Así mi "visión" se hizo más profunda, podía ver cosas que otras personas no y ello me hacía sentir especial en algún sentido.
Las señales llegaban mediante sueños, presencias sombrías que pasaban junto a mí dejando cierto frío en mi nuca. Lo curioso era que eso no conseguía atemorizarme pese al dejo oscuro que sucesos así suelen tener.
Llegó un momento en el que esos emisarios no se conformaron con su roll de espectros pasivos o con simplemente aparecer en sueños, sino que necesitaron hacerse sentir de un modo más cercano, casi físico. Entonces perturban mi descanso sentándose junto a mi en la cama o meciéndose en los sillones (el sonido del balance a media noche así lo revelaba), me dejaban sentir su olor de cuando estaban vivos mis acompañantes protectores. Eran mis muertos, mis familiares habituados a estar presentes para mí y mi casa y evitarnos cualquier daño. El vínculo con mi abuela paterna o mis tíos fallecidos era tan fuerte en vida, que en la muerte no se resignaban a dejar de velar por nosotros.
Pero la obsesión de los "no vivos" puede ser terrible. En las mañanas, mi padre bromeaba diciendo: ¿Te dejaron dormir anoche? Pero la broma no lo fue tanto cuando me comenzó a incomodar. Necesitaba, al menos, una noche de sueño sin interrupciones.
Buscando paz para mi mente y mi cuerpo encontré la fe cristiana ¡tan luminosa, tan llena de bondad! Entonces era ignorante de que estaba por vivir algo terrible.
Cuando la luz es más pura las sombras se inquietan. Ellas temen quedar en el olvido o, en este caso, perder su control y su espacio. Intentan impedir que se derribe el puente entre ellos y nosotros, tratan de evitarlo a toda costa.
Mi historia no es sobre mis muertos, ellos emprendieron su viaje definitivo. Lo que les contaré tiene que ver con una sombra demasiado oscura.
Era una noche común, ideal para el descanso. Recién había llovido y la humedad refrescó las cálidas horas nocturnas del clima local. Me fui a la cama y recuerdo quedarme dormida de inmediato hasta que una presencia muy fuerte me despertó. Abrí los ojos y ví una silueta en sombras, mucho más definida de las que acostumbraba a ver. No sabría identificar su género, tampoco tenía un rostro preciso, solo era una sombra muy parecida a los humanos, sin identidad aparente. Llamémosle "El Oscuro" en lo sucesivo.
Supe que "El Oscuro" no era nadie cercano, no figuraba dentro de los espíritus nobles. La certeza me llegó por el mismo instinto que me infligía miedo. "Eso" estaba ahí y no era bueno.
Intenté gritar aunque mi boca no se abría al sonido. Quise levantarme y me descubrí absolutamente inmóvil, no podía mover músculo alguno. Apenas tenía el control de mis ojos. "El Oscuro" se aproximó hasta encimarse. Me hizo sentir su peso oprimiendo mi pecho con sus extremidades (no puedo asegurar que fueran manos).
Se acercó mucho a mi rostro y entonces mi único y mejor recurso fue iniciar una oración en mi mente. El evento duró varios minutos, tiempo de una batalla silente, sin gritos , sin palabras. Hasta que huyó como fiera despavorida, sin otras señales, sin males mayores.
Muerto o demonio, solo puedo decir que es la experiencia más horrible que he tenido alguna vez y al mismo tiempo la mayor victoria conseguida, espiritualmente hablando. Vencí y me llené de paz.
Después de esa indeseable visita no he vuelto a tener experiencias paranormales de esa índole, los muertos no se manifiestan, aunque, a veces, en sueños, todavía reciba mensajes que solo yo puedo descifrar.
Amigos de #Spookyzone en @zonadeescalofrio, esta es una historia absolutamente real y no he alterado ningún aspecto de ella. No me gusta hablar de este suceso, creo que es la segunda vez que lo hago y la única para un público tan amplio. Hoy la he compartido atendiendo a la convocatoria de @avdesing e invito a @yuraimatc y a @marabuzal a que se unan a esta iniciativa que está a punto de vencer.
Espero que la lectura les haya resultado amena.
Ya saben: si en la noche se presenta una sombra y sienten un terror que les paraliza más allá de lo físico, tengan por seguro de que no será benévolo en el asunto.
Hasta otro post. Ha sido un placer llegar ante ustedes.
Queden abrazados y con mucha mucha luz.
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