Desde hace unas semanas estoy sintiendo que vivo como a finales de los años 90, principios de los 2000; y es que hay, a mi alrededor, mucha gente con problemas de pareja o situaciones sentimentales.
Más aún, cuando los problemas resaltantes que vemos actualmente son problemas relacionados con la parte económica, emprendimientos, estudios, migración y fortalecimiento personal a nivel de otras áreas.
Esto me ha hecho pensar en que debe haber un nivel saludable de la discusión en las parejas, aunque emocionalmente tenga apariencia de negatividad; y hay que intentar ver la situación con otras perspectivas.
¿Qué tal si hablamos, por Salud Mental, de estas batallas por el poder -al fin al cabo eso son- en las parejas y cómo poder sacarles algo de beneficio?
Un campo de batalla
En el proceso de crecimiento, las parejas llegan a tener muchas ideas divergentes, pues son dos personalidades que confluyen para tratar de formar un equipo, por lo que, debe haber discusión.
Sin embargo, tendemos a normalizar las discusiones, porque también hemos normalizado el hecho de que, si algo no va bien o en el momento no lo resolvemos, nos divorciamos.
Es decir, que estamos normalizando la huida en vez del afrontamiento, lo que a mí tampoco me gusta.
Las parejas en el proceso de crecimiento tienen discusiones que a veces se transforman en campos de batalla por imponer un punto de vista.
Y eso no tiene nada que ver con los déficits en los vínculos afectivos, las traiciones o las infidelidades, sino con la comunicación; y la comunicación es necesaria para el crecimiento de un equipo de vida formado por dos, como es la pareja.
Pero, dado que no podemos eliminar esta parte del crecimiento, que no es más que la confrontación dialéctica de dos mundos para organizar uno nuevo, vamos a tratar de ver qué beneficios aporta la discusión, siempre y cuando tenga sus límites.
El asunto es, que muchas de las patologías neuróticas que observamos, son producidas, precisamente, por un problema de pareja; lo que incide directamente en la Salud Mental.
Prevenir las crisis familiares
De lo anterior se desprende, que todas las parejas tienen batallas, conflictos y discusiones, porque es una manera de crecer, por lo que, es posible decir que una pelea es saludable.
Pero hay que aprender a manejarlas para que no se transformen en conflictos familiares.
Una vez que la pareja tiene familia, el sacrificio para llegar a un acuerdo y solventar una crisis, es mayor, porque de ellos dos depende el bienestar de otros.
De por sí, va a tener aspectos emocionales negativos, porque molestan, hacen sentir mal y porque son un momento de desunión, prácticamente.
Pero, revisando las responsabilidades de cada uno en la pareja, esto beneficia, pues es posible que exista más unión al esforzarse por resolver la situación.
Cuando resolvemos, mejoramos la comunicación, se trabaja en conjunto para resolver el problema, la discrepancia o dificultad; y se mejora la comunicación que existe.
Se llega a acuerdos para mantener la relación y al núcleo familiar, y el crecimiento es mutuo, porque se obtienen puntos de vista nuevos que se pueden adaptar al equipo que conforman ambos.
Y, por otro lado, la claridad de la situación queda de manifiesto y surgen nuevas reglamentaciones, nuevos límites o nuevas maneras de actuar en la familia.
Lo que no podemos, es, dañar el respeto, la confianza, utilizar lenguajes agresivos y, mucho menos, acciones agresivas, ni que el enfado se transforme en algo que dañe al amor.
Las luchas de poder
Lo que deseo es que, no perdamos de vista el hecho de que en toda relación, sea del tipo que sea, va a haber luchas de poder, porque tratamos de imponer una visión de vida en el otro.
Y las necesitamos, porque debemos tomar decisiones, organizar actividades, definir espacios como pareja e individuales, y estructurar un sistema de relaciones que afecta a terceros que conviven en el núcleo familiar.
Lo necesario es ser complementarios y que el poder para decidir sea repartido de la forma más equitativa posible.
Los dos deben manejar espacios concertados bajo su responsabilidad, para mantener el equilibrio que, en la pareja, no es nada sencillo de lograr.
Esto depende de cada relación, de sus negociaciones y convenios con base en una buena comunicación; pero se puede lograr.
Lo importante es entender, que todo ser humano va a luchar por imponer su visión de alguna manera, por lo que, las luchas de poder en la pareja siempre van a estar presentes.
Que las batallas se transformen en encuentros de crecimiento
No es la idea de esta publicación generar sugerencias, porque encontramos cientos en la red.
Unas muy positivas, como las de mejorconsalud.as.com que me gustaron mucho; pero no se pretende que se sigan como una especie de patrón, solo como información.
No hay patrones a la hora de negociar entre dos personas que desean mantener una relación y generar un núcleo familiar, estas negociaciones son únicas.
Pero si es importante que reduzcamos las discusiones agresivas o emocionalmente negativas; y seguir trabajando el ego, la autocrítica, la autoevaluación, el conocimiento de los límites que manejamos y exponemos, y la comunicación.
Sobre todo, la comunicación amorosa.
Evaluar las actitudes competitivas y las definiciones de intereses, porque, si hay una lucha, debe ser en pro de los intereses de todos.
Hoy, más que nunca, por Salud Mental y Social, necesitamos fortalecer y solidificar las relaciones; hacerles ver a la gente joven que la relación de pareja es posible.
No es algo fácil, por lo que hay muchas batallas que afrontar para lograr consolidar con los años, una unión fuerte y, por supuesto, rescatar a la familia por encima de todo.
Power Battles In The Couple! - Are they really healthy? - In Mental Health
Since a few weeks ago I am feeling that I am living like in the late 90's, early 2000's; and there are, around me, many people with relationship problems or sentimental situations.
Even more so, when the problems we are currently seeing are related to economic issues, entrepreneurship, studies, migration and personal strengthening in other areas.
This has made me think that there must be a healthy level of discussion in couples, even if emotionally it has the appearance of negativity; and we must try to see the situation with other perspectives.
How about talking, for Mental Health, about these power battles -after all, that's what they are- in couples and how to get something out of them?
A battlefield
In the process of growing up, couples come to have many divergent ideas, because they are two personalities that come together to try to form a team, so, there must be discussion.
However, we tend to normalize discussions, because we have also normalized the fact that, if something does not go well or at the time we do not solve it, we get divorced.
In other words, we are normalizing flight instead of coping, which I don't like either.
Couples in the process of growing up have arguments that sometimes turn into battlegrounds to impose a point of view.
And that has nothing to do with bonding deficits, betrayals or infidelities, but with communication; and communication is necessary for the growth of a life team formed by two, as is the couple.
But, since we cannot eliminate this part of growth, which is nothing more than the dialectic confrontation of two worlds to organize a new one, let's try to see what benefits discussion brings, as long as it has its limits.
The thing is, that many of the neurotic pathologies that we observe, are produced, precisely, by a couple problem; which has a direct impact on Mental Health.
Preventing family crises
From the above, it is clear that all couples have battles, conflicts and arguments, because it is a way to grow, so it is possible to say that a fight is healthy.
But it is necessary to learn how to handle them so that they do not become family conflicts.
Once the couple has a family, the sacrifice to reach an agreement and solve a crisis is greater, because the welfare of others depends on them.
In itself, it is going to have negative emotional aspects, because they bother, they make feel bad and because they are a moment of disunity, practically.
But, reviewing the responsibilities of each one in the couple, this benefits, because it is possible that there is more union by making an effort to solve the situation.
When we solve, we improve communication, we work together to solve the problem, the discrepancy or difficulty; and the existing communication is improved.
Agreements are reached to maintain the relationship and the family nucleus, and the growth is mutual, because new points of view are obtained that can be adapted to the team that conforms both.
And, on the other hand, the clarity of the situation becomes clear to both and new regulations, new limits or new ways of acting in the family emerge.
What we cannot do is to damage respect, trust, use aggressive language and, much less, aggressive actions, nor that the anger becomes something that damages love.
Power struggles
What I wish is that we do not lose sight of the fact that in any relationship, whatever type it may be, there will be power struggles, because we try to impose a vision of life on the other.
And we need them, because we have to make decisions, organize activities, define spaces as a couple and as individuals, and structure a system of relationships that affects third parties living together in the family nucleus.
What is necessary is to be complementary and that the power to decide be shared as equally as possible.
Both must manage concerted spaces under their responsibility, to maintain the balance that, in the couple, is not at all simple to achieve.
This depends on each relationship, its negotiations and agreements based on good communication, but it can be achieved.
The important thing to understand is that every human being will struggle to impose his or her vision in some way, so power struggles in the couple will always be present.
May battles be transformed into encounters of growth
It is not the idea of this publication to generate suggestions, because we found hundreds on the net.
Some of them are very positive, such as those of mejorconsalud.as.com, which I liked very much; but they are not intended to be followed as a kind of pattern, only as information.
There are no patterns when negotiating between two people who wish to maintain a relationship and generate a nuclear family, these negotiations are unique.
But it is important that we reduce aggressive or emotionally negative discussions; and continue working on ego, self-criticism, self-evaluation, knowledge of the limits we manage and expose, and communication.
Above all, loving communication.
Evaluate competitive attitudes and definitions of interests, because, if there is a fight, it must be in the interests of all.
Today, more than ever, for Mental and Social Health, we need to strengthen and solidify relationships; to make young people see that a couple relationship is possible.
It is not easy, so there are many battles to face in order to consolidate over the years, a strong union and, of course, to rescue the family above all.
Emilio Ríos – Venezuela
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