No cabe dudas de que el teléfono celular se constituyó en un elemento de uso fundamental para este presente. El mismo tiene el poder de: animar, entretener, calmar, relacionar, informar, actualizar, y posiblemente comunicar, y digo posiblemente, porque este fin último, ha estado en debate permanente. No nos sabemos comunicar, con o sin celular.
Este implemento de la tecnología se constituyó en el amo de la humanidad. Su uso se ha expandido a tal punto, de que es realmente raro quien no tenga alguno, se volvió imprescindible para registrar momentos y personas en alguna faceta, en reuniones, conciertos, mítines y hasta en velorios.
Conozco jóvenes y no tanto, que no se despegan de su teléfono. En estos días recibí la visita de unos amigos, que cargaban un teléfono pegado a un adolescente. El muchacho contento, porque había wifi, de inmediato se sentó a jugar. Los adultos nos reunimos en el patio, de pronto escuché al muchacho gritar: «ayúdenme», al momento captó mi atención, pero por lo que siguió diciendo, me di cuenta que jugaba con otros. Así se pasó todo el rato de la visita.
Con frecuencia veo a un familiar, quien tiene un hijo de doce años, desde siempre ha estado con la vista fija a un teléfono, saluda brevemente y de una vez se sumerge en otro mundo: poco interactúa con los demás. He estado en reuniones, donde hay jóvenes, y estos no levantan la cara del aparato durante todo el rato.
Algunos padres se han dado cuenta del problema y han puesto un horario al uso del teléfono, no les compran celulares cuando están pequeños y regulan o controlan lo que hacen, cuando están con algún aparato de otro familiar. Ellos mismos evitan excederse con ese uso. Puedo afirmarlo porque lo he visto.
Pero también he sabido de otros, que llegan del trabajo, y se tiran al sofá o la cama y continúan con el uso del dispositivo, por horas. A veces uno, a veces los dos, y a veces todos los miembros de la familia. Solo falta un aparato para las mascotas. ¿Qué nos pasó?
Existen juegos adictivos, que provocan un nivel de dependencia preocupante. El tema de las redes es otro punto, que no se puede obviar: cantidad de contenido banal, tergiversación de los conceptos de belleza y arte, promoción de una pseudo música, banalización e imposición de antivalores y más.
Esta tecnología ha sido el caldo de cultivo para que el narcisismo florezca, quien menos nos imaginamos maneja un perfíl falso, por donde se proyecta con su personalidad escondida. Y qué decir del hombre de la casa, serio y circunspecto, que aprovecha las redes para sacar su faceta de piropeador de oficio, necesitado también, de estos halagos, mantiene su cohorte de amores virtuales de distintos países.
Si que se requiere un descanso, pero no solo la pausa, sino la reflexión con quién esté dispuesto a tocar el tema. Es necesario promover intercambios humanos donde la buena conversación fluya y atrape. Volver a la observación de la naturaleza, promover las artes, el deporte y cualquier oficio que nos despegue de la tecnología.
Hay un trabajo inmenso por hacer, porque este no es un elemento pasajero, pero aprender a dosificarlo junto a otras ofertas valiosas puede ayudar a impedir la dependencia.
Esta publicación surge para continuar el debate propiciado por @rosahidalgo.
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Gracias por tu amable lectura.
Mi contenido es original.
He utilizado el teléfono de Google.
English Version
There is no doubt that the cell phone became a fundamental element of use for this present. It has the power to: encourage, entertain, calm, relate, inform, update, and possibly communicate, and I say possibly, because this ultimate goal has been in permanent debate. We don't know how to communicate, with or without a cell phone.
This implement of technology became the master of humanity. Its use has expanded to such an extent that it is truly rare for anyone who does not have one. It has become essential to record moments and people in some capacity, in meetings, concerts, rallies and even wakes.
I know young people and not so young, who can't get away from their phone. These days I received a visit from some friends, who were carrying a phone attached to a teenager. The boy was happy because there was wifi and immediately sat down to play. We adults met in the patio, suddenly I heard the boy shout: "help me", he immediately caught my attention, but from what he continued saying, I realized that he was playing with others. This is how the entire visit was spent.
I frequently see a relative, who has a twelve-year-old son, who has always been staring at a phone, greets briefly and at once immerses himself in another world: he interacts little with others. I have been in meetings, where there are young people, and they do not lift their faces from the device the entire time.
Some parents have realized the problem and have set a schedule for using the telephone, they do not buy them cell phones when they are little and they regulate or control what they do, when they are with another family member's device. They themselves avoid going overboard with that use. I can affirm it because I have seen it.
But I have also heard of others who come home from work and lie on the couch or bed and continue using the device for hours. Sometimes one, sometimes both, and sometimes all members of the family. The only thing missing is a device for pets. What happened to us?
There are addictive games, which cause a worrying level of dependency. The issue of networks is another point that cannot be ignored: amount of banal content, misrepresentation of the concepts of beauty and art, promotion of pseudo music, trivialization and imposition of anti-values and more.
This technology has been the breeding ground for narcissism to flourish, who we least imagine manages a false profile, through which he projects himself with his hidden personality. And what can we say about the man of the house, serious and circumspect, who takes advantage of the networks to show off his role as a professional complimenter, also in need of these compliments, maintaining his cohort of virtual loves from different countries.
Yes, a break is required, but not just a pause, but reflection with whoever is willing to discuss the topic. It is necessary to promote human exchanges where good conversation flows and engages. Return to the observation of nature, promote the arts, sports and any profession that takes us away from technology.
There is immense work to be done, because this is not a passing element, but learning to dose it alongside other valuable offerings can help prevent dependency.
Thank you for your kind reading.
My content is original.
I have used Google phone.