Reciban mis saludos, amigos de @holos-lotus; hoy me encontré una publicación titulada: Confiesa: ¡Tú también hablas solo! —Y puede ser un buen síntoma de gran creatividad, de nuestro amigo @emiliorios, que me hizo pensar en mí y en un hábito, al que no le había prestado antes mucha atención.

Si alguno de los míos me escucha hablar en mi cuarto donde evidentemente estoy sola, puede ser que le esté preguntando a los lentes, «¿dónde se metieron otra vez?», a mi teléfono o a las llaves. Sí, yo confieso que hablo sola y me gusta.

Mi mamá decía: «Los que hablan solos son los locos» y muchas veces cambié de acera cuando veía a una persona que venía vociferando hacia mí. Les tengo mucho temor a las personas que no están en su sano juicio.

Yo no hablo sola, yo hablo conmigo y me contesto. «Rosario, ¿qué te pasa? ¿Por qué reaccionaste así?», me digo en voz alta, y eso me centra, me pone a reflexionar sobre mí misma, a salir de un enojo, donde la ofuscación intenta dominar mi forma de expresión. A veces también lo hago para recriminarme: «Mira lo que dijiste» y me río sola, por esas cosas que me prometo no decir y repito como loro.

Es también una manera de conocerme más, porque considero que inclusive como adultos mayores seguimos creciendo, seguimos avanzando, evolucionando. Ya lo demostró así Rita Levi-Montalcini, aquella Premio Nobel de Medicina, quien comprobó como el sistema nervioso, aún en edades avanzadas, puede seguirse regenerando.

Eso me gusta porque mis brazos pueden estar flácidos y mi rostro con arrugas; pero mi cerebro está activo mientras yo me mantenga también en ejercicio mental permanente y esto se refiere a leer, escribir, conversar, pintar, aprender un idioma o investigar cualquier tema.

¿Qué de malo tiene que, en un momento determinado, yo me hable a mí misma y me haga preguntas? Recuerdo una vez que estaba nueva en el sitio donde vivía. Yo me pierdo fácilmente en las calles; esto es algo que acepté ya. Entonces entré a una panadería por una puerta y salí por la otra, luego de comprar el pan para llevar a casa de mi hermana. Cuando salgo por la otra puerta, desconozco por completo el espacio y digo en voz alta «Ya me perdí otra vez»; pero me dio risa y entonces ya no era que hablaba sola, sino que también me reía sola en la calle. Lo que hice en ese momento fue entrar de nuevo a la panadería, buscar la otra puerta y salir de nuevo al lugar que ya me era conocido.

También hablo sola cuando saco cuentas del dinero que tengo, lo que quiero comprar, así como en la fábula de La Lechera: «Hago esto y compro tal cosa, pago tanto, me queda esto». Eso lo digo en voz alta y me parece que es un mecanismo muy beneficioso, porque a veces me escucho diciendo algo y me corrijo: «¿No te acuerdas que compraste tal cosa?

Cuando hago mis oraciones, cuando hablo con Dios y le pregunto el porqué de muchas cosas. Lo hago en voz alta, aún sabiendo que él puede oírme si no lo hiciera así; pero me gusta,

Cuando escribo para Hive, redacto en voz alta mientras hago algún oficio y esto es muy bueno, porque veo palabras que riman, crean cacofonía o que son idénticas y eso me ayuda a buscar sinónimos para no repetir tanto. Además de eso le hablo al perro, a las gatas y a las plantas.

Hablen, «mijitos», hablen con ustedes mismos, no se intimiden, que en todo caso, ¿quién los va a juzgar?

Gracias por tu amable lectura.

Mi contenido es original.
He utilizado el traductor de Google.
Imágenes propias editadas en Canva.

Greetings, friends of @holos-lotus; today I came across a post titled: Confess: You also talk to yourself! —And it can be a good symptom of great creativity, from our friend @emiliorios, which made me think about myself and a habit I hadn't paid much attention to before.

If one of my friends hears me talking in my room, where I'm obviously alone, they might be asking my glasses, "Where did they go again?", my phone, or my keys. Yes, I confess that I talk to myself, and I like it.

My mom used to say, "Those who talk to themselves are crazy," and I often crossed paths when I saw someone shouting at me. I'm very afraid of people who aren't in their right mind.

I don't talk to myself; I talk to myself, and I answer myself. "Rosario, what's wrong?" "Why did you react like that?" I say out loud to myself, and it centers me, makes me reflect on myself, and helps me get out of a rage where obfuscation tries to dominate my expression. Sometimes I also do it to recriminate myself: "Look what you said," and I laugh alone, at those things I promise myself not to say and repeat like a parrot.

It's also a way to get to know myself better, because I believe that even as older adults, we continue to grow, we continue to advance, we continue to evolve. Rita Levi-Montalcini, the Nobel Prize winner in Medicine, already demonstrated this; she proved how the nervous system, even in advanced age, can continue to regenerate.

I like that because my arms may be flaccid and my face wrinkled; but my brain is active as long as I also maintain constant mental exercise, and this refers to reading, writing, conversing, painting, learning a language, or researching any subject.

What's wrong with talking to myself and asking myself questions at a certain point? I remember one time when I was new to the place where I lived. I get lost easily on the streets; this is something I've accepted. Then I entered a bakery through one door and came out the other, after buying bread to take to my sister's house. When I came out the other door, I was completely unfamiliar with the space and said out loud, "I'm lost again." But it made me laugh, and then it wasn't just me talking to myself; I was also laughing alone on the street. What I did at that moment was go back into the bakery, look for the other door, and come out again to the place that was already familiar to me. #

I also talk to myself when I count the money I have, what I want to buy, just like in the fable of the Milkmaid: "I do this and buy such a thing, I pay so much, I'm left with this much." I say that out loud, and I think it's a very beneficial mechanism because sometimes I hear myself saying something and I correct myself: "Don't you remember that you bought such a thing?"

When I say my prayers, when I talk to God and ask Him the why of many things. I do it out loud, even though I know He could hear me if I didn't; But I like it.

When I write for Hive, I write out loud while I'm doing some work, and this is very good because I see words that rhyme, create cacophony, or are identical, and that helps me find synonyms so I don't repeat myself so much. In addition, I talk to the dog, the cats, and the plants.

Talk, my kids, talk to yourselves. Don't be intimidated, because who's going to judge you anyway?

Thank you for your kind reading.

My content is original.
I used Google Translate.

My own images edited in Canva.