Saludos, amigos de la comunidad @holos-lotus, en esta oportunidad aprovecho para felicitar a nuestra amiga @issymarie2, por su iniciativa como columnista por un día, la cual me parece extraordinaria y decidí participar.
Hace algunos años me acerqué, aunque muy superficialmente, a tratar de entender eso de las emociones y la repercusión que tienen en nuestra salud; me llegó suficiente material sobre biodescodificación y comencé a observar, que prácticamente, todas las enfermedades tienen origen en una emoción. A veces me gusta ver al revés, de las partes de mi cuerpo que están completamente sanas qué emoción estoy manejando bien.
No quiero ser pedante, por eso aclaro que superficialmente he revisado información de este tipo, porque reconozco que el tema de las emociones es intrincado y cada uno es conocedor de su cuerpo y sabe cómo se siente.
Sí, realmente el cuerpo grita y avisa, a veces un poco tarde. Puede ocurrir que los demás se sientan destinatarios de esos gritos, se comportan como si estudiaron medicina en secreto y vienen con sus recetas a cuestas. Así no funciona el asunto.
Cada uno de nosotros es un templo, así como nuestra casa y nuestra mente. Cuidarnos es tarea nuestra. Hay muchos miedos, propios o infundados y ellos son responsables de muchas enfermedades, a veces no manifestadas, que están más en la mente que en la realidad.
Le he bajado intensidad al consumo del azúcar, porque he creído la información que dicen de que esta alimenta las células cancerígenas y yo he tenido cáncer de piel en dos oportunidades. Ya no le echo al café, al té, y si me hago un jugo me lo tomo simple.
No le coloco a las caraotas que me encantan con azúcar. Si alguien me da un jugo con dulce me lo tomo agradecida, o si me ofrecen un refresco igual lo acepto, obviamente, si considero que algo va a caerme mal lo evito, pero estoy convencida de que es lo que piense de lo que coma o tome, lo que puede afectarme y no el producto como tal, además eso no es lo frecuente.
Me fascina una torta con crema, un dulce de lechosa, arroz con leche, un quesillo, entre otros, si llega a mi vida algo de eso, no le pongo notas negativas, lo disfruto y agradezco, sabiendo que nada que coma va a hacerle daño a mi cuerpo, si lo consumo sin aprehensión. Vamos a verlo así: me cuido todo el tiempo para darme permiso a un exceso ocasional.
En estos momentos pienso que lo que más afecta mi salud es la mala economía del pais o la que hay en mi entorno. Cuando tengo disponibilidad invito a mis nietos a comer helados y eso equivale a una buena dosis vitamínica.
Hace como tres años, a mi cuerpo le dio por gritar en do mayor, en mis horas de sueño; "alucinaciones hipnagógicas" me explicó bien, la inteligencia artificial. Los médicos luego de muchos exámenes le echaron la culpa a la tiroides y a un nódulo que cada vez está más chico en mi garganta.
La tarea era buscar aminorar el estrés, que la ciudad con su tráfico, más gente desapacible y fanática incrementa, por lo que me dejé apapachar por los míos y me mudé a donde puedo tener menos exposición a situaciones estresantes.
He aprendido a escuchar a mi cuerpo y sé reconocer cuando la ansiedad se acerca, pero aun así, debo estar atenta y evitar: noticieros, quejumbrosos, conspiradores y vaticinadores de desastres. Yo bajo la Santa María.
Gracias por tu amable lectura.
Mi contenido es original.
He utilizado el traductor de Google.
Imágenes propias de mi archivo personal.
Greetings, friends of the @holos-lotus community, on this occasion I take this opportunity to congratulate our friend @issymarie2, for her initiative as a columnist for a day, which I find extraordinary and I decided to participate.
A few years ago, I began to try, albeit very superficially, to understand emotions and their impact on our health. I received enough material on biodecoding, and I began to observe that practically all illnesses originate in an emotion. Sometimes I like to look backwards, from the parts of my body that are completely healthy, to see which emotion I'm managing well.
I don't want to be pedantic, so I clarify that I've superficially reviewed information of this type, because I recognize that the topic of emotions is intricate, and everyone knows their own body and how it feels.
Yes, the body really does scream and warn us, sometimes a little too late. It may happen that others feel like they're the target of these cries, they behave as if they studied medicine in secret and come with their prescriptions in tow. That's not how it works.
Each of us is a temple, just like our home and our mind. Taking care of ourselves is our job. There are many fears, our own or unfounded, and they are responsible for many illnesses, sometimes unspoken, that are more in the mind than in reality.
I have cut back on sugar consumption because I have believed the information that it feeds cancer cells, and I have had skin cancer twice. I no longer add it to my coffee or tea, and if I make a juice, I drink it plain.
I don't add sugar to my black beans, which I love. If someone gives me a sweetened juice, I'll drink it gratefully, or if they offer me a soft drink, I'll accept it anyway. Obviously, if I think something might upset my stomach, I avoid it, but I'm convinced that it's what I think about what I'm eating or drinking that can affect me, not the product itself. Besides, that's not often the case.
I love a cream cake, papaya jam, rice pudding, or cheesecake, among others. If any of that comes my way, I don't give it a negative rating; I enjoy it and am grateful, knowing that nothing I eat will harm my body if I consume it without apprehension. Let's put it this way: I take care of myself all the time to allow myself the occasional excess.
Right now, I think the biggest impact on my health is the country's poor economy or the one around me. When I have time, I treat my grandchildren to ice cream, and that's equivalent to a good dose of vitamins.
About three years ago, my body started screaming in C major during my sleep; "hypnagogic hallucinations," artificial intelligence explained. After numerous tests, the doctors blamed my thyroid and a nodule in my throat that's getting smaller and smaller.
The goal was to try to reduce the stress that the city, with its traffic and more unpleasant and fanatical people, increases, so I let my family take care of me and moved to a place where I can be less exposed to stressful situations.
I've learned to listen to my body and know when anxiety is approaching, but even so, I must be vigilant and avoid: newscasters, complainers, conspirators, and disaster predictors. I'm under the Santa Maria.
Thank you for your kind reading.
My content is original.
I used Google Translate.
Images from my personal archive.
