Cuando llegué a la plataforma, lo primero que se me dijo fue: ubícate en el nicho/comunidad que te agrada o adapte a ti. Nada de plagio, comenta mucho, no abuses de la piscina.

En ese momento estaba más perdido que el melón dulce en Venezuela.

La vaina no fue mala, fue como todo comienzo: algo dificultoso porque había que aprender mucho, pero fue emocionante. Era todo un reto estar junto a otros creadores, mentes brillantes. Así lo veía. Así lo veo. En ese tiempo no escribía como lo hago ahora, no hacía videos y hacer una portada para una publicación era una cosa que daba pena.

En mi pensar estaba el hecho de que me gustaba ayudar, enseñar a otros alguna que otra cosa. Por allí comenzaron los tiros. Hablé de Telegram, de Tinder, Facebook y de cualquier cosa que se me atravesara. Lo que aprendía yo lo llevaba a una publicación con la idea de explicar o instruir a quien no conociera la herramienta o aplicación.

Después recordé que en una oportunidad había escrito unos cuentos, y se me ocurrió irme por esos lados. Pero lo que más recuerdo fue que descubrí que al comentar —muchos de esos comentados hacían feedback— y eso me emocionaba. Al poco tiempo tropecé con el buen amigo @gsbilbao y su proyecto @elcomentador y su equipo. Una cuerda de usuarios de la plataforma que eran lo máximo. Ese equipo estaba conformado por la excelentísima @actioncats, la maravillosa @mercmarg, su majestad @fragozar01 y es posible que me falte alguno. Era un grupo genial que comentaba a todos, ya sea porque el post era muy bueno o porque había que dar una recomendación, o sea, dar apoyo.
De eso me encargué yo: a todo aquel que lo veía perdido allí le llegaba y lo ayudaba a colocarse en el camino correcto. Ese grupo era tan bueno que tenía un programa en vivo en el servidor de La Radio en Discord. Se los puedo jurar: el tener contacto con alguno de ellos es como tropezarse con el mismísimo ángel de la guarda.

Después, el proyecto de EL COMENTADOR no recibió más apoyo. La ballena se les escapó y se fue en picada. Pero todos los integrantes quedamos con la maña. Cada uno por su lado seguía en lo mismo: comentando, apoyando. Incluso nos dábamos apoyo mutuo y todavía lo hacemos.

Cuando pasé por la comunidad de Literatos en el servidor de La Colmena en Discord, hice una pasantía como curador y allí aprendí cómo se batía el cobre en ese oficio. Tremenda escuela para los que se quieren instruir en el oficio. Me gustó lo que aprendí y hoy en día aplico esas enseñanzas. Eso me dio fortaleza —o herramientas— para ayudar a los nuevos: ubicarlos con sus presentaciones y hacerles seguimiento. Lamentablemente, las ocupaciones en lo presencial absorben y el tiempo comenzó a escasear. Aún hago alguna que otra visita a los nuevos, pero ya no tanto como antes.

Lo más triste que he visto —y muy recientemente— es que hay quienes han invitado a investigadores, han logrado que entren en la plataforma, pero al final los dejan solos. Muchos de los que he visto recientemente hicieron una presentación pobre y hasta allí: no publicaron más nada. Otros publican en comunidades que ya no tienen actividad o rara vez una ballena pasa por allí. Incluso estando en comunidades más o menos destacadas, estas no les dan apoyo a esos nuevos usuarios.

Todo eso desmotiva. Todo eso enfría el guarapo.

Otra cosa que ayudaba mucho a la plataforma eran los programas en los diferentes servidores de comunidades de Hive en Discord. Allí había concursos, competencias, diversión. Les cuento que gracias a programas como esos mejoré mi escritura. Me encontré con sabidurías como la de @joalheal, @susurrodmisterio, @nanixxx, la misma @sacra97, @numa26, mi primi @beaescribe, @tarot911 y un bojote más. A todo esto, se sumaron las amistades que durante mi estadía en la plataforma han estado de alguna u otra forma como @yenmendt, @tibaire, @purrix, @cautiva-30, @felixmarranz y un guacal de muchos más.

Como nunca le he tenido miedo a la cámara, en más de una oportunidad hice videos y hasta en un podcast participé con la bella amiga @aguamiel en donde entrevistábamos a otros miembros. También recuerdo mucho los programas de esta comunidad con voces de @irvinc, @damarysvibra, @miriannalis y más. Programas en los que te instruías y echabas vaina. El servidor de Ecency, cuando estaba la preciosura de mujer @palomap3, era un sitio en el que me la pasaba a diario. Eran momentos maravillosos. Por todos lados aprendías, te divertías y hacías amistades. Eso era amor.

Estoy hablando de hace dos años —si mi memoria no falla—. Todo eso era maravilloso y de repente un cielo oscuro cubrió todo. Hoy no se cuentan los programas ni con todos los dedos de una mano.

Realmente no sé qué pasó. No creo que tenga que ver con la caída del valor de las altcoins. A mi parecer hay algo más allá.

La gente buena que me apoyó en mis inicios todavía está, pero ya va en otras funciones dentro de la plataforma. Otros no están muy activos y son muy pocos los que se esmeran en apoyar a nuevos.

Hive no es para ganar plata a corto plazo, pero algo sí lo afirmo con toda seguridad: Hive es aprendizaje, es amistad, es mejorar y proyectarse en cosas que jamás se ha podido pensar. Igualmente es sitio para destacarse como el profesional que se es y así ayudar a otros. Yo metido como diseñador o editor de video… pues jamás me pasó por la mente. Eso es gracias a Hive. Y yo como cuentacuentos… pues lo había pensado, pero sin seriedad. Hive destapa regalos como si fuera Navidad.

Yo sigo aquí: escribiendo mis locuras, apoyando a quien lo necesite y sobre todo estando con los buenos amigos invisibles.

Creo que estamos a la vuelta de la esquina de un gran momento para la plataforma y seguro todos celebraremos por ello. No hay otras plataformas como Hive. Es única. Su gente es otra cosa. Aquí sale lo bueno del ser humano. Aquí se respira respeto, amistad, amor. Siempre en toda familia está el oscuro que la caga, pero esos siempre son minoría. Los buenos somos más.

Por cierto, Emilio, deberías hacer un programa en el servidor de Holos & Lotus. Yo creo que tendrías muy buena audiencia y tus temas nos ayudarían a todos. Sobre todo, a este loco.