Es que el amor de abuelos ya viene permeado por las vivencias que adquirimos como padres y se fortalecen con la sensibilidad sumada a estos regalos que precisamente nuestros hijos nos hacen. Abrazar a nuestros nietos, sencillamente es eso: un regalo.
¡Felicidades abuela! y ¡Felicidades a esa familia maravillosa!