Así como le debo mi pasión por el cine argentino al realizador audiovisual y promotor incansable Carlitos Valerino, que en 1996 organizó en el Cine Caribe de la Isla de la Juventud un ciclo donde disfruté por primera vez de Yepeto, La noche de los lapices, Hombre mirando al sudeste, El lado oscuro del corazón y Tango Feroz, le debo mi fascinación por su 🎼 (de manera especial a su rock nacional) al poeta, editor y ensayista José Antonio Taboada, que al ver que ya no solo me estaba interesando por el anglófono, me sorprendió un domingo de visita en casa, escuchando un cassette que me había prestado El Jabao con una selección que incluía a las bandas españolas Skorbuto, Obus, Barón Rojo, Ángeles del Infierno y Héroes del Silencio.
Después de dejarme unos libros de poesía y la Antología de Ensayos publicada por Casa de las Américas 📕 LOS VANGUARDISMOS EN LA AMÉRICA LATINA, me propuso que fuera por su casa la próxima vez que estuviera por Nueva Gerona, para regalarme "unas joyitas" que me iban a sorprender y desquiciar.
Y como en Cuba decimos que "a caballo 🎁 no se le mira el colmillo", dos días después de su propuesta ya estaba yo 🎒 al hombro tumbándole la 🚪 😆 😈 🤭
Y así fue, queridas amigas y entrañables amigos de Hive que me hice de los cassettes con Mercedes Sosa 🥹, León Gieco, Juan Carlos Baglietto, Luis Alberto Spinetta, el formidable 🎪 Beat de Fito y La hija de la lágrima de Charly García ✨
Abordé el ✈️ destino a Montevideo, pensando en ello, recordando a Carlitos y a Taboada, lamentando no haberles avisado que tenía la posibilidad de hacer este viaje de septiembre del año 2000 a la tierra de esos grandes escritores que los 3 admirábamos, y de los que habíamos vivido compartiéndonos sus 📚.
A mis encuentros durante esos días con Mario Benedetti y Eduardo Galeano, seguramente dedicaré en el futuro algún post, esperando que a nadie por esta Comunidad #hiveargentina donde ahora escribo, por segunda vez, aprovechando el cordial 📫 de #ecency, se le monte el indeseable espíritu porteño que nos conduce a delimitar fronteras y caer en posiciones territorialistas, que en materia de Cultura muy poco aportan.
Al acomodarme bien, toda vez que el ✈️ había despegado, y pasada la habitual cosquillita de mariposas despiertas en la boca del estómago, me percaté de que en mi 💼 de mano no había dejado ningún 📕 para ir leyendo, le pasé un ojo a las revistas y materiales divulgativos que estaban en el respaldar del asiento ubicado delante del mío y nada me sobrecogió, absolutamente nada reclamó que le prestara atención, a mi derecha Norge, el cultivador de Cacao de Baracoa ya estaba 😴 y a la derecha, Robier, el 🥊pinero, se había enganchado unos 🎧.
Me fijé bien, y encontré los míos, allí a donde mismo devolvía el desconsuelo de una lectura aburrida, desvirgué el agujero del brazo de mi asiento con el plu. Surprise, escuché conmovido y entrando en un asombro que jamás imaginé que días después sería superado con creces en un Boliche de Montevideo, sonaba la canción del 🥸 Charly ⬇️
Y luego le siguieron otras, muy conocidas por mí como Ojos de video tape y La sal no sala & Chipi chipi (éstas dos de su 7mo álbum en solitario LA HIJA DE LA LÁGRIMA 🥲), y otras que reconocí que eran también de él por su voz y estilo único, inconfundible, inimitable (por que eso creo que es éste García, que no es Valdés) pero que amo con la misma intensidad que a la mujer que llamo "la actual sombrita de mi existencia", mi querida y también inigualable @lizandra, a la que, si ustedes me lo permiten y no les robo mucho tiempo, dedicaré el poema cuyo primer borrador escuchando al Charly, entonces escribí, después de solicitar un bulto de servilletas a una de las aeromozas, el mismo que leí ahí, en varias ocasiones durante mi estancia de 45 días en Uruguay, como verán muestran las fotos con las que me despido (por hoy).
La versión incluida finalmente en uno de mis 📚 es la que reescribí durante el regreso a Cuba, y viajando en 🚂 🚃 hacia Cienfuegos (cada vez que lo leía le quitaba o le sumaba algo más) 🤭
Todas las 📷 incluidas son de mi propiedad.
es una gentileza de @yuraimatc