Good morning everybody. Yesterday I posted a little about how I started to think of the idea of my sober bar.

Today I'd like to continue the story, talking about the research phase of my enterprise.

An offer to invest

A friend here in Guadalajara had attempted to invest in some businesses in Mexico City. He'd faced some barriers, and he casually said that if I had an idea, he would be willing to invest.

Over the next few days I started to wonder and I became obsessed. The idea of a temperance bar had been sitting in the back of my mind for a couple of years, but I hadn't done any research about it, hadn't looked up what other people were doing, hadn't thought about how such a thing would be practical.

Over the next few days I wrote a business plan, which was more like a manifesto. It had very little practical details about how the bar would actually make money, but it definitely showed my passion and explained some ideals or principles about how the level of care and love in preparing the food, and how the employees should be treated.

Around that time, I thought I could use another perspective.

A trusted friend

One important thing that I did was go to a trusted friend. As King Solomon wrote in the Proverbs, "just as iron sharpens iron, the countenance of a friend sharpens a friend." I sent a message to my companion Luis Fernando Mises @emancipatedhuman, entrepreneur and advisor to entrepreneurs.

One key thing that Luis told me was "keep talking about it". He knew that the more I talked to people, the more I would discover about people's preferences, receive their input and keep developing my ideas. So I talked about the project to whomever would listen.

Just keep talking

It was interesting when I noticed how people were affected by the idea. Sometimes I would mention it to people and they would say something like "ah, cool." And I thought, very well, this is not my target audience. Others would be very curious or even enthusiastic from the beginning.

One encounter I remember fondly was with a new friend, Dr. Luis Vasquez. Almost from the first conversation with Dr. Luis, he said something like "We've got to find a way to make your bar successful." That kind of encouragement is precious, and I'm still moved thinking about it.

Others mentioned sober bars in Austin Texas, California, even in Britain and even Ireland. I hadn't realised, but people around the world had already had similar visions and were creating these places.

Many months later, my friend Raziel mentioned on a visit to the USA, every city he visited had 5 or 6 sober bars, and his cousins were "sober curious", which is a cute marketing term for saying they didn't want to be intoxicated in all their spare time.

Important books

A great book that Luis Fernando recommended me was Conscious Capitalism by John Mackey and Rajendra Sisodia. Mr. Mackey explains how he was a young idealistic hippie, seeing how his companions would attempt boycotts against companies which weren't being socially responsible. Mackey observed how little was accomplished through these protests, and eventually he decided there must be a better way. That was when he started forming the idea for Whole Foods Market.

Another excellent book is The Great Good Place by Ray Oldenburg. Mr. Oldenburg explains the concept of "third places" - not your home, not your workplace, but something else. A place where people can go to see who is there, join pleasant company and even have conversations with people from other political or spiritual leanings. These places are very important to the cohesion of a community, enabling those connections which affirm our common humanity.

The works of Marshall Rosenberg on non-violent communication have also been very influential on me, explaining how we can communicate without shame or guilt, by emphasising compassion in our communication.

See you next time

Next time, I'll talk about how I came up with the name for the bar, and I'll share some excerpts from that first manifesto that I wrote when I was planning the bar.

Thanks for your attention, upvotes, reblogs and I wish you peace and happiness.

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Ahora en español

Buenos días a todos. Ayer publiqué un poco sobre cómo empecé a pensar en la idea de mi bar sobrio.

Hoy me gustaría continuar la historia, hablando sobre la fase de investigación de mi emprendimiento.

Una oferta de inversión

Un amigo aquí en Guadalajara había intentado invertir en algunos negocios en la Ciudad de México. Se había enfrentado a algunos obstáculos, y comentó casualmente que si yo tenía una idea, estaría dispuesto a invertir.

Durante los siguientes días, comencé a preguntarme y me obsesioné. La idea de un bar de la templanza había estado rondando en el fondo de mi mente durante un par de años, pero no había investigado nada al respecto, no había buscado lo que otras personas estaban haciendo, no había pensado en cómo algo así podría ser práctico.

Durante esos días escribí un plan de negocios, que era más bien un manifiesto. Tenía muy pocos detalles prácticos sobre cómo el bar generaría ingresos, pero definitivamente mostraba mi pasión y explicaba algunos ideales o principios sobre el nivel de cuidado y amor en la preparación de los alimentos, y cómo deberían ser tratados los empleados.

Por ese tiempo, pensé que me vendría bien otra perspectiva.

Un amigo de confianza

Una cosa importante que hice fue acudir a un amigo de confianza. Como escribió el Rey Salomón en los Proverbios, "Como el hierro afila el hierro, así se afila el hombre por el contacto con su prójimo". Envié un mensaje a mi compañero Luis Fernando Mises, emprendedor y asesor de emprendedores.

Una cosa clave que me dijo Luis fue: "que la conversación continúe". Sabía que cuanto más hablara con la gente, más descubriría sobre sus preferencias, recibiría sus comentarios y seguiría desarrollando mis ideas. Así que hablé del proyecto con cualquiera que quisiera escuchar.

Que la conversación continúe

Fue interesante notar cómo las personas se veían afectadas por la idea. A veces se lo mencionaba a alguien y respondía algo como "ah, qué bien" - una respuesta bien educada, y tibia. Y pensaba, muy bien, esta no es mi audiencia objetivo. Otros se mostraban muy curiosos o incluso entusiastas desde el principio.

Un encuentro que recuerdo con cariño fue con un nuevo amigo, el Dr. Luis Vásquez. Casi desde la primera conversación con el Dr. Luis, dijo algo como "tenemos que encontrar una forma de que tu bar tenga éxito". Ese tipo de ánimo es valioso, y todavía me conmueve al recordarlo.

Otros mencionaron bares sobrios en Austin, Texas, California, incluso en Gran Bretaña e Irlanda. No me había dado cuenta, pero personas de todo el mundo ya habían tenido visiones similares y estaban creando estos lugares.

Muchos meses después, mi amigo Raziel comentó, en una visita a EE. UU., que en cada ciudad que visitó había 5 o 6 bares sobrios, y sus primos eran "sober curious", un término de marketing simpático para decir que no querían estar ebrios todo su tiempo libre.

Libros importantes

Un gran libro que me recomendó Luis Fernando fue Conscious Capitalism de John Mackey y Rajendra Sisodia. El Sr. Mackey explica cómo era un joven hippie idealista, viendo cómo sus compañeros intentaban boicotear empresas que no eran socialmente responsables. Mackey observó lo poco que se lograba con esas protestas, y eventualmente decidió que debía haber una mejor manera. Fue entonces cuando comenzó a formar la idea de Whole Foods Market.

Otro excelente libro es The Great Good Place de Ray Oldenburg. El Sr. Oldenburg explica el concepto de los "terceros lugares": no tu hogar, no tu lugar de trabajo, sino algo más. Un lugar donde la gente puede ir a ver quién está, disfrutar de buena compañía e incluso tener conversaciones con personas de otras posturas políticas o espirituales. Estos lugares son muy importantes para la cohesión de una comunidad, permitiendo esas conexiones que afirman nuestra humanidad compartida.

Las obras de Marshall Rosenberg sobre la comunicación no violenta también han sido muy influyentes para mí, explicando cómo podemos comunicarnos sin recurrir a la vergüenza o la culpa, destacando la compasión en nuestra forma de hablar.

Nos vemos la próxima

La próxima vez, hablaré sobre cómo se me ocurrió el nombre del bar, y compartiré algunos extractos de ese primer manifiesto que escribí cuando estaba planeando el bar.

Gracias por su atención, votos, reblogs, y les deseo paz y felicidad.