Pues el milagro que tengo para compartir contigo es uno bien sencillo. La vida tiene su finísima ironía, tan clara que casi podemos escuchar al universo hablando.
Este milagro del que te hablo necesita un poco de contexto. En el pasado abandoné la universidad dos veces, ahora en mi tercer intento estoy en cuarto año y pensando ya en la tesis. Pero resulta que el Centro Universitario Municipal de Cumanayagua no tiene aulas propias, así que me encuentro recibiendo las conferencias... en la misma escuelita donde pasé la primaria.
Supongo que es de cierta forma una lección de orden, humildad y retorno. Casi como si me dijeran que al que no quiere caldo de le dan tres tazas, estudiaste ya en La Habana y Santa Clara, ahora te toca Cumanayagua.
Supongo que quien ignore una lección tan clara deberá hacerlo bajo su cuenta y riesgo, y la verdad no seré yo el que lo haga.
Así que este es mi milagro: el universo me habla y con claridad meridiana.