La inteligencia artificial ha emergido en la sociedad como una herramienta poderosa que puede procesar información a una velocidad y precisión que superan las capacidades humanas, por tanto la IA puede analizar grandes volúmenes de datos, identificar patrones y ofrecer soluciones a problemas complejos en cuestión de segundos, pese a esto existen otras características que la desvirtuan significativamente porque carece de creatividad, empatía y la intuición que caracterizan al ser humano, partiendo de esta primicia se puede plantear un dilema: ¿deberíamos ver a la IA como una competencia o como un aliado en el desarrollo de nuestro talento?
Este planteamiento nos obliga a pensar en el hecho de que un libro puede ser más útil que la inteligencia artificial sin embargo el hombre en la búsqueda de simplificar lo complejo ha tomado esta herramienta como un elemento indispensable en el uso de sus quehaceres diarios,ya que muchos casos, la IA puede potenciar nuestras habilidades, permitiéndonos enfocarnos en tareas más creativas y estratégicas.
La IA una aliada Peligrosa
La relación entre el talento humano y la inteligencia artificial (IA) es un tema que ha cobrado gran importancia en la actualidad, sobre todo en la medida que la tecnología avanza y en función de estos muchos se preguntan cómo esta herramienta puede complementar nuestras habilidades innatas y, al mismo tiempo, desafiar nuestra concepción de lo que significa ser talentoso o inteligente, por tanto es fundamental reflexionar sobre el papel que desempeñan tanto el talento como la IA en la sociedad contemporánea.
El talento, en su esencia, es una capacidad natural o adquirida que permite a una persona sobresalir en una determinada área. Puede manifestarse en diversas formas: desde habilidades artísticas, deportivas hasta capacidades analíticas y de resolución de problemas por eso este don solo es visible en quiénes son capaces de
contraponer al máximo el poder cognitivo.
Siendo el talento una característica innata que tal como lo dijo Aristóteles en su búsqueda por entender la naturaleza humana, afirmó: "La excelencia no es un acto, sino un hábito". Esta frase resuena profundamente en el contexto del talento, ya que su desarrollo requiere dedicación, práctica y un entorno propicio que fomente el crecimiento persona, pero al surgir la IA el poder destacar por una cualidad como seres humanos se vuelve cada vez más extinta ya que la inteligencia artificial permite ingeniar en segundos gran cantidad de estrategias que una persona talentosa tendría que pasar largas horas para organizar.
Se Debe Reflexionar
También existe un aspecto importante de evaluar y es el riesgo de que la dependencia excesiva de la IA pueda llevar a una desvalorización del talento humano porque si las máquinas pueden realizar tareas que antes requerían habilidades especializadas, ¿qué pasará con aquellos que han dedicado años a perfeccionar su arte o su profesión?mediante el estudio y la preparación continúa que además incluye inversión económica y de tiempo, por eso es crucial encontrar un equilibrio en esta relación, donde la IA se utilice como un complemento que potencie nuestras capacidades, en lugar de reemplazarlas, es decir, debemos verla como un aliado en la promoción de nuestro talento y no quien haga todo el trabajo por nosotros.
A medida que la IA se integra en diversas actividades de la vida del hombre surge la necesidad de establecer límites y regulaciones que aseguren que su uso beneficie a la sociedad en su conjunto. La tecnología debe ser una herramienta que promueva el desarrollo humano y no una que perpetúe desigualdades o desplace a trabajadores.
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fotos tomadas con mi samsum A23