Una actividad que me gusta y la cual tengo tiempo sin disfrutar es ir a la playa, solíamos ir toda la familia, y muchas veces nos poníamos de acuerdo con los vecinos e íbamos todos juntos a pasarnos cuatro o cinco días, lejos de la rutina. Recuerdo que una vez me senté en el muelle con mi hijo menor y una ahijada, era ya el atardecer, a ambos les dije: «tomen una fotografía con la mente, no olvidemos este momento» y nos quedamos un rato, viendo aquella puesta de sol, eso lo hice otras veces, esa fotografía está conmigo junto a otras que evocan momentos hermosos, solo con cerrar los ojos la traigo a mi mente.
Cuando pinto a creyón, debo tener la paciencia necesaria, para insistir sobre una zona, una y otra vez, con mucha suavidad, y la punta muy afilada, hasta que surja el cielo o el cabello que intento hacer. Es un trabajo lento y persistente, que he notado que a algunos les aburre, quieren ver de manera rápida el resultado, pero yo aprendí a disfrutarlo, porque el mismo está asociado a un tiempo de concentración o abstracción que me encanta.
Es importante observar que este presente está caracterizado por el apuro, la urgencia, lo inmediato. No existe tiempo para la contemplación, todo lo contrario y redundando: hacerlo es perder el tiempo. Si se ve una película nunca falta el que hace spoiler para agilizar los resultados. Una caminata lleva de compañía un dispositivo en los oídos, los libros se hojean para llegar al final, igual ocurre en los vídeos, se prefiere lo más corto posible, y así vamos saltando de un short a otro.
¿Coincidiré contigo en lo agradable que resulta compartir un café y galletas con una persona amiga? Sentarse en un lugar, que tenga espacio al aire libre, donde se pueda disfrutar con lentitud una conversación entre sorbo y sorbo, eso para mí es un placer.
Comer con lentitud, concentrados en ese acto individual de agradecimiento y comunión con la comida. Organizar libros, ver álbumes fotográficos, orar, hacer el aseo personal, entre otros, son actos que pueden disfrutarse cuando se hacen a conciencia.
Por edad, necesariamente, he llegado al tiempo de la lentitud, y no me quejo, solo me gustaría que existiera más comprensión social en este aspecto. Cuando voy en bus y voy a bajar, le voy advirtiendo al chófer: «Voy poco a poco», lo hago más por miedo, que otra cosa: muchas veces ellos no esperan a que el pasajero baje y arrancan; los más jóvenes se lanzan, noto que nucha gente pide la parada y se levanta de una vez para dirigirse a la puerta y bajar lo más rápido que pueda. Eso habla de una sociedad apurada, que no se da su tiempo.
Lentitud y disfrute van de la mano, escucho gente que dice: que se tomó o comió algo y no se dio cuenta, eso no es bueno, termino con un dicho: «del apuro no queda sino el cansancio».
Esta es mi participación para la invitación de @angelica7, en Empower Talent, en esta oportunidad El Poder de la lentitud
Gracias por tu amable lectura.
Mi contenido es original.
He utilizado el traductor de Google.
Gifs de Peakd.
English Version
One activity that I like and that I haven't enjoyed for a while is going to the beach. We used to go as a family, and many times we would agree with the neighbors and we would all go together to spend four or five days there, away from the routine. I remember that once I sat on the dock with my youngest son and a goddaughter, it was already dusk, I told them both: "take a photograph with your mind, let's not forget this moment" and we stayed for a while, watching that sunset, I did that other times, that photograph is with me along with others that evoke beautiful moments, just by closing my eyes I bring it to my mind.
When I paint with a crayon, I must have the necessary patience to insist on an area, over and over again, very gently, and with a very sharp tip, until the sky or the hair I am trying to make emerges. It is a slow and persistent job, which I have noticed that some people find boring, they want to see the result quickly, but I learned to enjoy it, because it is associated with a time of concentration or abstraction that I love.
It is important to note that this present is characterized by haste, urgency, immediacy. There is no time for contemplation, quite the opposite and redundant: doing so is a waste of time. If you watch a movie, there is always someone who gives a spoiler to speed up the results. A walk takes a device in your ears, you flip through books to get to the end, the same happens with videos, the shortest possible is preferred, and so we jump from one short to another.
Do I agree with you on how nice it is to share a coffee and cookies with a friend? Sitting in a place that has space outdoors, where you can slowly enjoy a conversation between sips, that is a pleasure for me.
Eating slowly, concentrating on that individual act of gratitude and communion with food. Organizing books, looking at photo albums, praying, doing personal hygiene, among others, are acts that can be enjoyed when done conscientiously.
By age, I have necessarily reached the time of slowness, and I am not complaining, I just wish there was more social understanding in this regard. When I go by bus and I'm about to get off, I tell the driver: "I'm going slowly," I do it more out of fear than anything else: many times they don't wait for the passenger to get off and they start off; the younger ones rush off, I notice that many people ask for the stop and get up immediately to go to the door and get off as quickly as they can. This speaks of a society in a hurry, that doesn't take its time.
Slowness and enjoyment go hand in hand, I hear people who say: they had something to drink or eat and didn't realize it, that's not good, I'll end with a saying: "the only thing left from haste is tiredness."
This is my participation for the invitation of @angelica7, in Empower Talent, this time The Power of Slowness
Thank you for your kind reading.
My content is original.
I have used Google Translate.
Gifs from Peakd.