A veces, es difícil decir «no», pero recuerda que los límites los pone uno… Yo soy uno de los que come un manjar hasta sentir una satisfacción que la percibo en mis mejillas. Ya cuando siento esa especie de frío en mis mejillas, detenga las ansias de comer y quedo satisfecho… Me sucede a menudo con la ingesta de yogur y queso, por ejemplo.
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