Cuando mis sobrinos eran pequeños me divertía siempre con ellos, el cuarto de la tía para ellos era lo mejor. Por supuesto la fiesta de carnaval y el disfrazarse tenían que buscar el maquillaje que les hacia la tía Mary. Aunque los disfraces pasaban de unos a otros, hasta que llegaba un momento que ya no les servia y pasaban a los siguientes.
Yo todavía no tenia hijos y ellos eran para mi mi mejor tiempo invertido en felicidad. En cierta forma eran un entrenamiento para cuando tuviera los míos propios.
Aunque la ventaja de ser sobrinos es que cuando llegaba la noche los mandaba cada quien para su casa. Total vivían al lado de la casa, todos cercanos y juntos. Una idea de mi madre que logro llevar a cabo. Ella decía que nunca podía ver a su familia porque no vivían tan cerca, así que logro que compraran casa lo más cercano posible. Claro lo ayudo económicamente para que lo lograran.
Las fechas de carnaval eran muy divertidas bombas de agua, pistolitas de agua disfraces y música era todo lo que necesitaban para divertirse un buen rato.
Hace poco en una limpieza de los closet encontré los disfraces de la fotografías, termine regalándolos a quien los pudiera utilizar. Total ya todos son grandes y otros están fuera de la zona. Son recuerdos divertidos atrapados en el álbum de fotografias de mi biblioteca.
Ayer mi sobrina me escribió pidiéndome un favor, si podía localizar en el álbum de fotografías la fecha de su bautizo y esta fue la página que salio, así que fue parte de la fotografía que escogí para el reto de hoy jueves del recuerdo.
Esta es mi participación en el Concurso TBT una foto una historia un día de esos.
Están invitados solo es para los días jueves la participación.
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