Primer invierno en Buenos Aires / First winter in Buenos Aires

Cuando decidimos emigrar para Argentina, queríamos hacerlo en marzo, para llegar en otoño y que fuera mejor el proceso de aclimatarnos, pero por razones de papeles, terminamos llegando a suelo bonaerense empezando el invierno.

Con todos los cambios, mi gran temor era la reacción de mis hijos, quienes sl final fueron los primeros en adaptarse, sobre todo, porque habían muchos espacios en los que ellos podían disfrutar.

De nada valieron las previsiones tratando de evitar que les diera gripe, pues esta aventura ellos la tomaron como unas vacaciones en las que ir al parque a diario era fundamental

Así que como mamá tuve que negociar con ellos: vamos solo si aceptan estar abrigados a mi manera.

Mi hijo pequeño, quien nació en una zona donde siempre hay calor, protestaba por lo pesado de la campera, y se empeñaba en colocarla con el cierre haxia atrás,cporque le incomodaba.

Lo bueno de esos dias en el parque, era wue estaban casi siempre vacíos. Probablemente la gente para entonces nos veía como bichos raros, mientras que nosotros disfrutabamos de las novedades de nuestra nueva ciudad de residencia.

Estas fotos fueron dirante nuestra estadía en La Plata, ciudad que se caracteriza por tener plazas y parques cada 4 calles. Asi que cada día íbamos a un parque diferente.

Lo malo de los dias de invierno es que oscurece muy rápido y debiamos volver antes de las 6 pm cuando decidiamos ir a los que quedaban mas lejos.

Ahora con mas edad, mis hijos prefieren otras actividades en invierno, sobre todo bsjo techo, con calefacción y si es posible una bebida caliente. Pero quedaron estas fotos de nuestras aventuras en los parques de La Plata, las cuales no quise mejorar con filtros o ajustes, para que se note como era el clima de esos días.

When we decided to emigrate to Argentina, we wanted to do it in March, in order to arrive in autumn and have a better acclimatization process, but due to paperwork reasons, we ended up arriving in Buenos Aires in the beginning of winter.

With all the changes, my great fear was the reaction of my children, who in the end were the first to adapt, especially because there were many spaces for them to enjoy.

All the precautions to avoid them getting the flu were worthless, because they took this adventure as a vacation in which going to the park every day was essential.

So as a mom I had to negotiate with them: we go only if they agree to stay warm in my way.

My youngest son, who was born in an area where it's always hot, complained about how heavy the jacket was, and insisted on putting it on with the zipper in the back, because it was uncomfortable.

The good thing about those days in the park was that they were almost always empty. People probably saw us as weirdos by then, while we were enjoying the novelties of our new city of residence.

These photos were taken during our stay in La Plata, a city that is characterized by having squares and parks every 4 streets. So every day we went to a different park.

The bad thing about winter days is that it gets dark very quickly and we had to be back before 6 pm when we decided to go to the ones that were farther away.

Now with more age, my children prefer other activities in winter, especially under a roof, with heating and if possible a hot drink. But these photos of our adventures in the parks of La Plata remain, which I didn't want to improve with filters or adjustments, so that you can see how the weather was in those days.


Foto/Photo by: @mamaemigrante
Edición/Edited by @mamaemigrante using canva
Translated and formatted with Deepl

Sort:  

¡Hola!
Como tu hijo, detesto el peso de la ropa de abrigo y el año pasado terminé padeciendo cinco catarros seguidos. Para este creo que estoy más aclimatado y preparado. Aún me falta una calza verdaderamente térmica, pero luego de mucho buscar encontré una carpa, campera, en realidad, enorme, que hasta este momento me resulta de suficiente abrigo, pero de ser necesario me puedo poner otra debajo y hasta un suéter de ser preciso. Solo me falta un gorro al estilo ruso, de esos con orejeras para cuando sopla el viento. Ese buen aire que se agradece en verano, pero en invierno llega a los huesos.

Un abrazo fuerte y un saco de bendiciones para tus retoños.