Saludos a @hispa.literario y a la Comunidad de Hive, sumándome al reto @hispa.literario en su edición número 39
En esta oportunidad les traigo un relato que aunque tiene algunos indicios de la realidad la conversación entre Dora y su hijo Jonas es completamente ficticia y de mi invención.
Jonas, un niño muy curioso, observador y quien tenía una capacidad para razonar muy particular, escuchaba desde su silla en el salón de clases lo que el profesor decía sobre esa inmensa estrella que nos alumbraba todos los días. "¿Podía ser eso cierto: que el sol estuviera tan lejos y aun así, esos rayos de luz quemarte la piel y provocar tanto calor?", se preguntaba el curioso niño.
No dejaba de sorprenderse que esa estrella que parecía tan pequeña hiciera tal proeza y no solo eso, sino que el profesor también dijo que el sol liberaba mucha energía en apenas un segundo.
Con estos pensamientos se fue Jonas a su casa a preguntarle a la única persona que podía aclararle todas sus dudas: su mamá Dora.
Dora, ni siquiera había estudiado y a duras penas sabía leer, se quedaba todos los días lavando la ropa de sus vecinos por algunos centavos y su esposo desde muy tempranito salía a trabajar en las minas del pueblo para ganarse el pan de cada día; pero estos maravillosos padres, hicieron todo lo posible para que sus tres hijos estudiaran.
Esa tarde cuando Jonas llegó del colegio encontró a su madre descansado después de una larga faena y apenas la vio le preguntó:
-Mamá quien es el dueño del sol
La mamá ya estaba acostumbrada por las inquietudes constantes de su hijo mayor que con apenas 9 años no dejaba nunca de preguntarse por las cosas que lo rodeaban.
Dora aunque no tenía una educación formal, era una mujer muy sabia e intuitiva y le dijo:
-Hijo a veces aquello que menos importancia le damos y que son necesarias para la vida no son de nadie, no tenemos que pagarle al aire para que llene nuestros pulmones, jamás le hemos pagado a un árbol para que nos brinde sombra, a la lluvia por regalarnos su gotas de agua, ni un rio por refrescarnos en su quebrada, simplemente hay cosas que no tienen precio y solo queda maravillarnos ante ellas por tan noble y gran gesto de estar allí para nosotros, nuestro pago como agradecimiento es cuidar y conservarlas para que sigan regalándonos su existencia.
Creo que las sabías palabras de su madre Dora quedaron para siempre en la mente de Jonas, porque años después cuando habiéndose graduado como médico y destacándose en la rama de la investigación, descubriendo la famosa vacuna de la poliomelitis le preguntaron en una entrevista televisiva "quién poseía la patente de la vacuna, Jonas Salk respondió: «No hay patente. ¿Se puede patentar el sol?»."
Imagen descargada de Bing
Biografía de Jonas Salk
Historia original de @cositav excepto algunas referencias tomadas de la vida de Jonas Salk
Imagen de Bing editada en CapCut
Traducido y formateado con Hive Translator por @noakmilo.
Greetings to @hispa.literario and the Hive Community, joining the challenge @hispa.literario in its 39th edition
On this occasion I bring you a story that although it has some indications of reality, the conversation between Dora and her son Jonas is completely fictional and my invention.
Jonas, A very curious and observant boy, who had a very particular ability to reason, listened from his chair in the classroom to what the teacher said about that huge star that illuminated us every day. "Could that be true: that the sun was so far away and yet, those rays of light could burn your skin and cause so much heat?", the curious boy wondered.
He could not stop being surprised that that star that seemed so small could do such a feat and not only that, but the teacher also said that the sun released a lot of energy in just one second.
With these thoughts, Jonas went home to ask the only person who could clarify all his doubts: his mother Dora.
Dora had not even studied and barely knew how to read, she stayed every day washing her neighbors' clothes for a few cents and her husband left very early to work in the town's mines to earn their daily bread; But these wonderful parents did everything possible to ensure that their three children studied.
That afternoon when Jonas came home from school he found his mother rested after a long day's work and as soon as he saw her he asked her:
*-Mom, who is the owner of the sun? *
The mother was already used to the constant worries of her eldest son who, at just 9 years old, never stopped wondering about the things around him.
Although Dora did not have a formal education, she was a very wise and intuitive woman and she told him:
-Son, sometimes those things that we give the least importance to and that are necessary for life do not belong to anyone, we do not have to pay the air to fill our lungs, we have never paid a tree to give us shade, the rain to give us its drops of water, or a river to cool us off in its ravine, there are simply things that are priceless and we can only marvel at them for such a noble and great gesture of being there for us, our payment as gratitude is to take care of and preserve them so that they continue giving us his existence.
I think that the wise words of his mother Dora remained forever in Jonas's mind, because years later when he had graduated as a doctor and excelled in the field of research, discovering the famous polio vaccine, he was asked in a television interview "who owned the patent for the vaccine, Jonas Salk replied: "There is no patent. Can the sun be patented? »"
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Biography Jonas Salk
Original story by @cositav except for some references taken from the life of Jonas Salk
Image from Bing edited in CapCut
Translated and formatted with Hive Translator by @noakmilo.
