Por fin llega el día en que puedo ser yo misma y celebrar todo lo bueno y milagroso que me ha traído la vida, porque sin duda, si hay una palabra que con los años he ido desempolvando y resignificando es la palabra: milagro. Y claro, ya no la reservo para los eventos sobrenaturales o las grandes hazañas que desafían las leyes de la física; he aprendido a buscarla y a encontrarla en la textura que brinda lo cotidiano, y últimamente he reparado en una de sus formas más delicadas y poderosas: los milagros que llegan de la mano de un regalo.
No hablo de obsequios monumentales, hablo de esas ofrendas diminutas, a menudo improvisadas, que un amigo, un familiar o incluso un conocido nos extienden sin saber que, en ese preciso instante, están arrojando un salvavidas a nuestro corazón náufrago. Su valor no reside en el objeto en sí, sino en el territorio invisible que habita en su interior.
El primer milagro de estos regalos es el de ser vistos, pues en la vorágine del día a día, con nuestras máscaras puestas y nuestras prisas a cuestas, es fácil sentirse como un fantasma; y entonces aparece alguien y te regala algo que pudo haber hecho con sus manos. Hace pocos días, una pequeña paciente me trajo a la consulta un corazón hecho con sus manos y una botella llena de arena de una playa a donde había ido, algo que me llenó de luz el día. Ese pequeño objeto fue como un certificado tangible de que existimos en la mente y el corazón del otro, y nos devuelve, por un momento, la certeza de que no somos invisibles.
Luego está el milagro de la sincronía, ese golpe de suerte que no parece casual, y aparece esa amiga que por tu cumpleaños te trae un portainciensos junto a un jabón artesanal en base a los orishas que forman una fuerte base de la cultura religiosa afrocubana, con el objetivo de que tus caminos se abran; y justamente en ese momento, el regalo deja de ser un simple objeto y se convierte en un mensaje del universo, susurrando a través de las manos de tu amiga, y es como si esa persona, sin proponérselo, hubiera sintonizado con una frecuencia secreta de tu alma.
Y quizás el milagro más profundo es el de la reciprocidad del amor, cuando dar es un acto de valor y aceptar ese obsequio es permitirse ser vulnerable, es reconocer que necesitamos esos faros de afecto para navegar nuestros días grises. Así recuerdo la pequeña flor brillante que me envió una amiga que vive en otro país con un mensajero, una tarde de café, como sorpresa; o la pintura original de mi pintor favorito, que me regaló un amigo antes de partir del país, como quien parte en dos su tesoro y te deja un pedacito de corazón contigo.
Al final, mi casa se está llenando de esos pequeños talismanes que no ocupan mucho espacio, pero su energía lo llena todo. Así que hoy, en este domingo tranquilo, miro a mi alrededor y hago inventario de esos milagros que recuerdan que la red más sólida y cálida que tenemos está tejida con estos hilos de atención y amor.
Por eso, quiero convocarlos a este reto de domingo, donde quiero que me compartan esos regalos que guardan como milagrosos y que son la prueba de que los ángeles no siempre tienen alas.
Para ello:
🎁Pueden dejar el testimonio de esos obsequios milagrosos que atesoran, a través de una publicación o un comentario en esta publicación. Siempre en esta comunidad que nos acoge y bajo sus normas.
🎁Dentro de una semana, precisamente el 23 de noviembre a primera hora, estaré premiando un comentario y una publicación.
🎁El mejor comentario se llevará 200 puntos de Ecency y una publicación, 2 HSBI.
🎁Esta comunidad #greenzone (@hive-164923) estará premiando una publicación con 2 HSBI.
Como es costumbre, les dejo mi invitación a algunos amigos para que se animen y nos traigan sus milagros en forma de esos regalos que han guardado como premio y parte de su alma:
@cautiva-30, @cayitus63, @natica83, @daddyvaldes, @ineyashami, @lilianajimenez, @zhanavic69, @gpache, @gaviotawriter, @marpasifico,@amigoponc, @felpach, @issymarie2, @elisabethswan, @riblaeditores, @cumanauta @psicologopoeta @daveza @elviguitarra @abelarte, @maylink, @damelysh, @florecitamejias @mercy23 @marthaborrell @mariperez316 @lilianajimenez @restaurador @argelfernadez @giocondina @favour20045 @elpastor @zulfrontado @cool08 @emily2021 @africapg @yelainemh @iamberenice @janaveda @maiasun84 @issymarie2 @tonyes @sanalejo06 @kpoulout @naath @reinadeespadas @tiolucioviajero, @emiliorios, @jrobe, @apineda @josemalavem @irvinc, @loren89, @camelia28, @liannetchs, @vladimirmf, @lianny, @edward777
Espero sus milagros, y como siempre, para esta comunidad que siempre nos abraza y nos quiere bien, un porcentaje de las recompensas de esta publicación.
✨¡𝑮𝒓𝒂𝒄𝒊𝒂𝒔 𝒑𝒐𝒓 𝒍𝒆𝒆𝒓! ✨
𝑺𝒊 𝒂ú𝒏 𝒏𝒐 𝒎𝒆 𝒄𝒐𝒏𝒐𝒄𝒆𝒔: 𝒔𝒐𝒚 𝒏𝒆𝒖𝒓ó𝒍𝒐𝒈𝒂 𝒚 𝒆𝒔𝒄𝒓𝒊𝒕𝒐𝒓𝒂 𝒄𝒖𝒃𝒂𝒏𝒂, 𝒎𝒂𝒅𝒓𝒆, 𝒎𝒖𝒋𝒆𝒓 𝒚 𝒔𝒐ñ𝒂𝒅𝒐𝒓𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒏𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓ó 𝒆𝒏 𝑯𝒊𝒗𝒆 𝒖𝒏 𝒉𝒆𝒓𝒎𝒐𝒔𝒐 𝒆𝒔𝒑𝒂𝒄𝒊𝒐 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒗𝒐𝒍𝒂𝒓.
𝑬𝒍 𝒕𝒆𝒙𝒕𝒐 𝒚 𝒍𝒂𝒔 𝒊𝒎á𝒈𝒆𝒏𝒆𝒔 𝒔𝒐𝒏 𝒅𝒆 𝒎𝒊 𝒂𝒖𝒕𝒐𝒓í𝒂, 100% 𝒉𝒖𝒎𝒂𝒏𝒐𝒔 (𝒔𝒊𝒏 𝑰𝑨).
𝑩𝒂𝒏𝒏𝒆𝒓 𝒅𝒊𝒔𝒆ñ𝒂𝒅𝒐 𝒑𝒐𝒓 𝑳𝒖𝒎𝒊𝒊.
¿𝑻𝒆 𝒈𝒖𝒔𝒕ó 𝒆𝒔𝒕𝒂 𝒑𝒖𝒃𝒍𝒊𝒄𝒂𝒄𝒊ó𝒏? 𝑽𝒐𝒕𝒂, 𝒄𝒐𝒎𝒆𝒏𝒕𝒂 𝒐 𝒓𝒆𝒃𝒍𝒐𝒈𝒖𝒆𝒂 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒂𝒚𝒖𝒅𝒂𝒓 𝒂 𝒅𝒆𝒔𝒑𝒍𝒆𝒈𝒂𝒓 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒔 𝒂𝒍𝒂𝒔.💛
ENGLISH VERSION
Sunday Miracles: The Wonder and Tenderness of a Gift || Challenge
Finally, the day has arrived when I can be myself and celebrate all the good and miraculous things that life has brought me, because without a doubt, if there is one word that over the years I have been dusting off and redefining, it is the word: miracle. And of course, I no longer reserve it for supernatural events or great feats that defy the laws of physics; I have learned to seek it and find it in the texture of everyday life, and lately I have noticed one of its most delicate and powerful forms: the miracles that come hand-in-hand with a gift.
I'm not talking about monumental presents, I'm talking about those tiny offerings, often improvised, that a friend, a family member, or even an acquaintance gives us without knowing that, at that very moment, they are throwing a lifeline to our shipwrecked heart. Their value lies not in the object itself, but in the invisible territory that resides within it.
The first miracle of these gifts is that of being seen, because in the whirlwind of daily life, with our masks on and our haste in tow, it's easy to feel like a ghost; and then someone appears and gives you something they might have made with their own hands. A few days ago, a little patient brought me a heart she made with her hands and a bottle full of sand from a beach she had visited, something that filled my day with light. That small object was like a tangible certificate that we exist in the mind and heart of another, and it restores, for a moment, the certainty that we are not invisible.
Then there is the miracle of synchronicity, that stroke of luck that doesn't seem accidental, and that friend appears who, for your birthday, brings you an incense holder along with an artisanal soap based on the Orishas, which form a strong foundation of Afro-Cuban religious culture, with the aim of opening your paths; and precisely at that moment, the gift ceases to be a simple object and becomes a message from the universe, whispering through your friend's hands, and it's as if that person, without intending to, had tuned into a secret frequency of your soul.
And perhaps the deepest miracle is that of the reciprocity of love, when giving is an act of courage and accepting that gift is allowing oneself to be vulnerable, it is recognizing that we need those beacons of affection to navigate our gray days. This is how I remember the little bright flower that a friend who lives in another country sent me via a messenger, one coffee afternoon, as a surprise; or the original painting by my favorite painter, which a friend gave me before leaving the country, like someone splitting their treasure in two and leaving a little piece of their heart with you.
In the end, my house is filling up with these small talismans that don't take up much space, but their energy fills everything. So today, on this quiet Sunday, I look around and take inventory of those miracles that remind us that the strongest and warmest network we have is woven with these threads of attention and love.
That's why I want to summon you to this Sunday challenge, where I want you to share with me those gifts you keep as miraculous and that are proof that angels don't always have wings.
To do so:
🎁You can leave testimony of those miraculous gifts you treasure, through a post or a comment on this post. Always in this community that hosts us and under its rules.
🎁In one week, precisely on November 23rd first thing in the morning, I will be awarding a comment and a post.
🎁The best comment will receive 200 Ecency points and a post, 2 HSBI.
🎁This community #greenzone (@hive-164923) will be awarding one post with 2 HSBI.
As usual, I extend my invitation to some friends to encourage them to bring us their miracles in the form of those gifts they have kept as a prize and part of their soul:
@cautiva-30, @cayitus63, @natica83, @daddyvaldes, @ineyashami, @lilianajimenez, @zhanavic69, @gpache, @gaviotawriter, @marpasifico,@amigoponc, @felpach, @issymarie2, @elisabethswan, @riblaeditores, @cumanauta @psicologopoeta @daveza @elviguitarra @abelarte, @maylink, @damelysh, @florecitamejias @mercy23 @marthaborrell @mariperez316 @lilianajimenez @restaurador @argelfernadez @giocondina @favour20045 @elpastor @zulfrontado @cool08 @emily2021 @africapg @yelainemh @iamberenice @janaveda @maiasun84 @issymarie2 @tonyes @sanalejo06 @kpoulout @naath @reinadeespadas @tiolucioviajero, @emiliorios, @jrobe, @apineda @josemalavem @irvinc, @loren89, @camelia28, @liannetchs, @vladimirmf, @lianny, @edward777
I await your miracles, and as always, for this community that always embraces us and wishes us well, a percentage of this post's rewards.
✨𝑻𝒉𝒂𝒏𝒌𝒔 𝒇𝒐𝒓 𝒓𝒆𝒂𝒅𝒊𝒏𝒈! ✨
𝑰𝒇 𝒚𝒐𝒖 𝒅𝒐𝒏’𝒕 𝒌𝒏𝒐𝒘 𝒎𝒆 𝒚𝒆𝒕. 𝑰’𝒎 𝒂 𝑪𝒖𝒃𝒂𝒏 𝒏𝒆𝒖𝒓𝒐𝒍𝒐𝒈𝒊𝒔𝒕 𝒂𝒏𝒅 𝒘𝒓𝒊𝒕𝒆𝒓, 𝒂 𝒎𝒐𝒕𝒉𝒆𝒓, 𝒂 𝒘𝒐𝒎𝒂𝒏, 𝒂𝒏𝒅 𝒂 𝒅𝒓𝒆𝒂𝒎𝒆𝒓 𝒘𝒉𝒐’𝒔 𝒇𝒐𝒖𝒏𝒅 𝒊𝒏 𝑯𝒊𝒗𝒆 𝒂 𝒃𝒆𝒂𝒖𝒕𝒊𝒇𝒖𝒍 𝒔𝒑𝒂𝒄𝒆 𝒕𝒐 𝒔𝒐𝒂𝒓.
𝑨𝒍𝒍 𝒕𝒆𝒙𝒕 𝒂𝒏𝒅 𝒊𝒎𝒂𝒈𝒆𝒔 𝒂𝒓𝒆 𝒎𝒚 𝒐𝒓𝒊𝒈𝒊𝒏𝒂𝒍 𝒄𝒓𝒆𝒂𝒕𝒊𝒐𝒏𝒔, 100% 𝒉𝒖𝒎𝒂𝒏-𝒎𝒂𝒅𝒆 (𝒏𝒐 𝑨𝑰).
𝑩𝒂𝒏𝒏𝒆𝒓 𝒅𝒆𝒔𝒊𝒈𝒏𝒆𝒅 𝒃𝒚 𝑳𝒖𝒎𝒊𝒊.
𝑳𝒐𝒗𝒆𝒅 𝒕𝒉𝒊𝒔 𝒑𝒐𝒔𝒕? 𝑼𝒑𝒗𝒐𝒕𝒆, 𝒄𝒐𝒎𝒎𝒆𝒏𝒕, 𝒐𝒓 𝒓𝒆𝒃𝒍𝒐𝒈 𝒕𝒐 𝒔𝒑𝒓𝒆𝒂𝒅 𝒕𝒉𝒆 𝒘𝒊𝒏𝒈𝒔 𝒐𝒇 𝒄𝒓𝒆𝒂𝒕𝒊𝒗𝒊𝒕𝒚! 💛
