Hello, dear Hive travelers! If, like me, you're passionate about discovering hidden corners that hide fascinating stories, today I invite you to explore a place that seems frozen in time: the La Reunión Pharmacy Museum, also known as Sarrá Pharmacy, in the heart of Old Havana.
Prepare for a tour where the architecture, centuries-old furniture, and unusual pharmaceutical artifacts will transport us to the splendor of a bygone era.
As you walk down the charming Brasil Street (which Havana residents call Teniente Rey), the three-story colonial building stands out among the cobblestones and colorful facades.
Above its entrances, golden letters elegantly announce: "SARRÁ." This name is no coincidence: the pharmacy was founded in 1853 by Catalan apothecaries Sarrá and Catalá, and by the beginning of the 20th century, it was already the most important pharmaceutical business in the Americas, run by Sarrá.
Its fame grew so much that, over time, Havana residents stopped calling it "La Reunión" and simply referred to it as "Sarrá Pharmacy."
As I crossed the threshold, I felt like I'd stepped back a century. The beautiful carved wood of the shelves, the gigantic display cases filled with porcelain bottles with colorful labels, the stained-glass windows that filter the light in vibrant hues and create a magical atmosphere, and the Tiffany-style ceiling lamps that reaffirm its elegance.
Every detail speaks to a time when the pharmacy was not just a business, but a place steeped in science and art.
I was struck by the metal armrests and footrests on the counter, designed to allow customers to wait comfortably while protecting the counter. What a great idea!
The tools used at that time are also on display. Among the objects on display are microscopes, porcelain water filters, autoclaves, scales, and Bakelite flasks (a revolutionary material at the time).
What made this pharmacy unique? The quality of its medicines had a secret, its star ingredient: the water from an underground spring that flowed beneath the building. Its medicinal properties enhanced its formulas. Because of this, the fame of its remedies crossed borders.
The museum is organized into three spaces that tell different aspects of its history:
The first room corresponds to The Original Pharmacy: Here everything remains intact, from the neo-Gothic furniture to the bottles bearing the emblem "La Reunión".
The second room houses archaeological objects: This corner is a treasure trove for the curious. It exhibits bottles excavated from Havana houses, some containing remains of 19th-century medicines. The labels reveal details about their contents.
The third room is a bridge between past and present. Today they sell natural products, spices, and dried medicinal plants, keeping alive the tradition that made the pharmacy famous.
Among so many wonders, what moved me most were the original prescription books. Their yellowed pages, handwritten in very legible handwriting, contain formulas with minute details: the name of the doctor who prescribed them, the exact dosages, and even corrections in the margin.
I could see the date on one of its pages: November 17, 1932. What a relic!
The Sarrá Pharmacy is not just a museum; it's a time capsule that speaks to us of innovation, art, and dedication. For lovers of history, architecture, or simply places with soul, this place is a must-see in Havana.
I'd love to hear how you enjoyed this tour in the comments. I'll be happy to read them.
See you soon!
Historical data was found on this site.
VERSIÓN EN ESPAÑOLDescubriendo la Farmacia Museo Sarrá en La Habana Vieja
¡Hola, queridos viajeros de Hive! Si como a mí, les apasiona descubrir los rincones que esconden historias fascinantes, hoy los invito a explorar un lugar que parece detenido en el tiempo: el Museo Farmacia La Reunión, también conocida como Farmacia Sarrá, en el corazón de La Habana Vieja.
Prepárense para un recorrido donde la arquitectura, los muebles centenarios y los curiosos objetos farmacéuticos nos transportarán al esplendor de una época pasada.
Al caminar por la encantadora calle Brasil (que los habaneros llaman Teniente Rey), el edificio colonial de tres plantas destaca entre los adoquines y fachadas coloridas. Sobre sus entradas, letras doradas anuncian con elegancia: "SARRÁ”.
Este nombre no es casualidad: la farmacia fue fundada en 1853 por los boticarios catalanes Sarrá y Catalá y para inicios del siglo XX, ya era el negocio farmacéutico más importante de América dirigido por Sarrá.
Su fama creció tanto que, con el tiempo, los habaneros dejaron de llamarla "La Reunión" para referirse a ella simplemente como "la farmacia Sarrá".
Al cruzar el umbral, sentí que retrocedía un siglo. La hermosa madera tallada de los estantes, las vitrinas gigantescas repletas de frascos de porcelana con etiquetas vistosas, los vitrales que filtran la luz en tonos vibrantes y crean una atmósfera mágica, lámparas de techo de estilo tiffany que le reafirman la elegancia.
Cada detalle habla de una época en la que la farmacia no solo era un negocio, sino un lugar cargado de ciencia y arte.
Me sorprendieron los apoyabrazos y apoyapiés de metal en el mostrador, diseñados para que los clientes esperaran cómodamente y a la vez se protegía el mueble. ¡qué gran idea!
También se exponen las herramientas utilizadas en esa época. Entre los objetos exhibidos hay microscopios, filtros de agua de porcelana, autoclaves, balanzas y frascos de baquelita (un material revolucionario en su momento).
¿Qué hacía única a esta farmacia? La calidad de sus medicamentos tenía un secreto, su ingrediente estrella: el agua de un manantial subterráneo que pasaba bajo el edificio, sus propiedades medicinales potenciaban sus fórmulas. Debido a esto la fama de sus remedios traspasó fronteras.
El museo se organiza en tres espacios que cuentan distintos aspectos de su historia:
El primer salón corresponde a La Botica Original: Aquí todo permanece intacto, desde los muebles neogóticos hasta los frascos con el emblema "La Reunión".
El segundo salón reúne objetos arqueológicos: Este rincón es un tesoro para curiosos. Exhibe frascos excavados en casas habaneras, algunos con restos de medicamentos del siglo XIX. Las etiquetas revelan datos de su contenido.
El tercer salón es un puente entre pasado y presente. Hoy venden productos naturales, especias y plantas medicinales secas, manteniendo viva la tradición que hizo famosa a la farmacia.
Entre tantas maravillas, lo que más me emocionó fueron los libros originales de recetas. Sus páginas amarillentas y escritas a mano con letra muy legible, guardan fórmulas, con detalles minuciosos: el nombre del médico que las prescribió, las dosis exactas, e incluso correcciones al margen. Pude ver la fecha de una de sus páginas: 17.NOV.1932, qué reliquia!
La Farmacia Sarrá no es solo un museo; es una cápsula del tiempo que nos habla de innovación, arte y dedicación. Para los amantes de la historia, la arquitectura o simplemente los rincones con alma, este lugar es una parada obligatoria en La Habana.
Me gustaría que me contaran en los comentarios si les gustó este recorrido. Los leeré con placer.
¡Hasta pronto!