Es increíble cómo lograste combinar esas dos facetas desde tan joven, y cómo tu ingenio te permitió emprender de una manera tan creativa.
Además, qué impresionante que hasta aprendieras a reparar las cintas, eso demuestra tu dedicación y amor por lo que hacías.
Tal vez esa guitarra de tu hijo esté esperando que le des vida.
Y qué bonito saber que, aunque los tiempos han cambiado, la música sigue siendo parte de ti, ahora disfrutándola de otra manera.
Yo fui dueño de una discoteca por los años 90, y todavía tengo una buena colección de vinilos que conservo como un tesoro de la época dorada de las discos en Venezuela.
Gracias por compartir esta historia tan inspiradora.
!ALIVE
!HUESO