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Pront: Fuera de lo común.
En estos días me pasó algo que a mí me pareció muy raro, y me imagino que eso se debe a las pocas veces que uso el transporte público hoy en día. Y eso en realidad se debe, a que la mayoría de las diligencias y de las necesidades que tengo, las puedo resolver cerca de casa, por lo que la mayoría de las veces las hago caminando.
Pero en estos días, tuve que salir a la casa de un amigo, para que él me hiciera la revisión de un equipo que me estaba fallando. Y cuando me monté en el autobús, había asientos y todo el mundo estaba sentado.
Sin embargo, en unas pocas paradas, el colectivo se llenó y la gente empezó a ir de pie. Y en el pasillo, del autobús, venía una mujer mayor con una niña que me imagino que era su nieta, y cuando la vi cargada con las bolsas y tratando de sostener a la vez a la niña, la llamé para darle el puesto.
Cuando me levanté para darle el puesto, un muchacho intento sentarse, y le dije que no se podía sentar ya que yo le estaba dando el puesto a la señora. El muchacho en un momento se puso necio, pero cuando me levanté y vio mis casi dos metros de altura, se quedó tranquilo.
Después de un momento, la señora llegó al asiento y se sentó con la niña, y yo le ayudé a llevar la bolsa el resto del trayecto, ya que ella se bajaba antes que yo. La señora quedó muy contenta y dijo que era muy poco común ese tipo de tratos con las mujeres mayores hoy en día.
Otra señora, dijo en voz alta: “Qué bueno que aún quedan caballeros en este mundo.” Mientras que el muchacho me miraba con mala cara, y algunas muchachas me veían como si fuera un ser extraño.
Y recuerdo que ese día, al llegar a la casa, le comenté a mi madre y a unos amigos, la experiencia, y terminé pensando, que lo que la gente ve hoy como un hecho fuera común, que es el ser cortes con una persona extraña, en mi época era lo más común.
De hecho yo recuerdo, que a nosotros siendo niños, nos enseñaban a saludar en los ascensores, a sostenerle la puerta a las personas que iban pasando, a dar los buenos días al subirse al transporte público y a darle el puesto a las personas mayores, a las mujeres embarazadas y a cualquier mujer que necesitara el puesto. Eso, entre otras normas de convivencia.
Sin embargo, al parecer, con las nuevas generaciones todo eso se ha perdido, y ahora los gestos de convivencia, la ayuda al prójimo y la atención y el apoyo respetuoso a una mujer, son una situación fuera de lo común. Al parecer, evolucionamos en los avances tecnológicos y económicos, pero hemos involucionado en el aspecto humano.
Muchas gracias, por leerme.
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5-minute daily prompt: When being a court and a gentleman is something out of the ordinary.
Pront: Out of the ordinary.
Something happened to me these days that seemed very strange to me, and I imagine that's due to the few times I use public transport nowadays. And that's actually because most of the errands and the needs that I have, I can solve close to home, so most of the time I do them walking.
But these days, I had to go out to a friend's house, so that he would do the review of a computer that was failing me. And when I got on the bus, there were seats and everyone was sitting.
However, in a few stops, the bus filled up and people started to go on their feet. And in the corridor, from the bus, an older woman was coming with a girl who I imagine was her granddaughter, and when I saw her loaded with the bags and trying to hold the girl at the same time, I called her to give her the position.
When I got up to give him the position, a boy tried to sit down, and I told him that he could not sit down since I was giving the position to the lady. The boy at one point became foolish, but when I got up and he saw my almost two meters tall, he was calm.
After a moment, the lady came to the seat and sat down with the girl, and I helped her carry the bag the rest of the way, since she was getting off before me. The lady was very pleased and said that such dealings with older women were very uncommon nowadays.
Another lady said aloud, "It's a good thing there are still gentlemen in this world."While the boy looked at me with a bad face, and some girls saw me as if I were a strange being.
And I remember that day, when I got home, I told my mother and some friends about the experience, and I ended up thinking, that what people see today as a fact was common, which is being cut off with a strange person, in my time it was the most common thing.
In fact, I remember that as children, we were taught to say hello in elevators, to hold the door for people who were passing by, to say good morning when getting on public transport and to give the position to the elderly, pregnant women and any woman who needed the position. That, among other rules of coexistence.
However, it seems that with the new generations all that has been lost, and now the gestures of coexistence, helping others and caring and respectful support for a woman, are an unusual situation. Apparently, we evolved in technological and economic advances, but we have devolved in the human aspect.
Thank you very much, for reading me.
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