27 May, 2025 @mariannewest's Freewrite Writing Prompt Day 2749 | Prompt: monstrous hangover (resaca monstruosa)

At fifty-five and still a Level 1 labor grade in his profession, Lenny documented each venture he undertook in his notebook. Entries in the success column didn't keep pace with the failures. Daily, he lamented during the day on everything desirable but unattainable in his life while nightly drowning himself in spirits.

Co-workers whispered, then quickly moved away as Lenny approached the bulletin board that posted promotions each month. He fumed while studying the list. Humiliated, he turned to see the imagined gossip before slamming his fist against the wall. His thoughts; a whirlwind of indignation.

"Twenty years I've given this place," he uttered, solidifying the justification for his next move he'd kept to himself. I need time off to rethink my purpose in life.

So Lenny requested and quickly approved for a six-week leave of absence. His supervisor agreed he needed a re-tuning. If you need more, just ask before your time is up management suggested. All suspected Lenny's personal life wasn't going smoothly, although he never spoke of any discord.

While on leave, family and friends desperately attempted to encourage him to seek professional help. After numerous people offered to accompany him to sobriety meetings, he relented. But his actions were merely to divert their attention from his true machinations.

Thinking his disruptive behavior on the job went unnoticed, once he returned to work, he escalated verbal assaults.

Management issued a warning in which a probation ensued. Three months to "clean up your act of fostering a hostile work environment".

Devastated, Lenny viewed the reprimand as a an assault on his character and unappreciative of his twenty-year service. That night, Lenny reached out to his friend, Cooper.

"If you're unhappy in your career, know you're doing your job well, and don't feel you're being adequately rewarded, then reconsider your commitment to the company. But change won't matter if your attitude and liquor consumption aren't brought under control. At some point, you have to cease blaming others and look inward," Cooper urged, although he could see by the rolling of Lenny's eyes and unsteadiness in his gait that his message was lost.

Through slurred speech, Lenny did promise to tone down his angst. Half-listening, he refused to accept that the fault lay with him.

Meanwhile, retribution festered.

It was a Friday afternoon. The date of the annual office party. Although hesitant, Lenny was ultimately invited. To omit him would not be wise, his supervisor reasoned. After all, Lenny was trying, he felt.

All employees who attended the party enjoyed the festivities; except Lenny. Faces attached to the names on the bulletin board who'd recently received promotions stared at him as though mocking his deliberate omission.

His head pounded. His pulse raced. He clenched and uncleaned his fists. while remaining huddling in the far corner close to the open bar. I've no friends here, he declared silently. I shouldn't have come. Everyone is laughing, accusing me. The room swirled as he shook his head in an attempt to toss out the thought gremlins roaming unchecked, distributing alcohol fumes in their path.

Lenny woke on Saturday morning and discovered his monstrous hangover came with a termination letter.

Shocked, his shoulders rose and fell with each labored breath. He couldn't remember details of the night before after his arrival, especially him being ejected from the party and sent home in a taxi.

Cooper arrived with assistance. He was grateful for the call from Lenny's supervisor requesting that he check on him. No family meant he could step in and help his friend by having him taken away not only for his safety, but for others.

Stunned at the scribbling in Lenny's notebook and visibly shaking, his hesitancy in having Lenny committed for evaluation dissipated. His timely and necessary intervention saved not only his friend but also countless others.

For my theme, I was inspired by and utilized the @daily.prompt's publishing of 27 May 2025, @mariannewest's Freewrite Writing Prompt Day 2749: monstrous hangover.

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Ahogarse en un mar de cerveza no es la solución

A sus cincuenta y cinco años, y aún con un grado laboral de nivel 1 en su profesión, Lenny documentaba en su cuaderno cada aventura que emprendía. Las anotaciones en la columna de éxitos no iban a la par de los fracasos. A diario, se lamentaba durante el día de todo lo deseable pero inalcanzable de su vida, mientras que por la noche se ahogaba en alcohol.

Los compañeros de trabajo cuchicheaban y se apartaban rápidamente cuando Lenny se acercaba al tablón de anuncios donde se publicaban los ascensos de cada mes. Se quedó pensativo mientras estudiaba la lista. Humillado, se giró para ver los cotilleos imaginarios antes de estampar el puño contra la pared. Sus pensamientos; un torbellino de indignación.

«Veinte años le he dado a este lugar», pronunció, solidificando la justificación de su próximo movimiento que se había guardado para sí. Necesito tiempo libre para replantearme mi propósito en la vida».

Así que Lenny solicitó una excedencia de seis semanas, que fue rápidamente aprobada. Su supervisor estuvo de acuerdo en que necesitaba una puesta a punto. Si necesitas más, sólo tienes que pedirlo antes de que se te acabe el tiempo, le sugirió la dirección. Todos sospechaban que la vida personal de Lenny no iba bien, aunque él nunca habló de discordias.

Mientras estaba de baja, familiares y amigos intentaron desesperadamente animarle a buscar ayuda profesional. Después de que numerosas personas se ofrecieran a acompañarle a reuniones de sobriedad, cedió. Pero sus acciones no hacían más que desviar su atención de sus verdaderas maquinaciones.

Pensando que su comportamiento disruptivo en el trabajo pasaba desapercibido, una vez que volvió al trabajo, intensificó las agresiones verbales.

La dirección emitió una advertencia que dio lugar a un periodo de prueba. Tres meses para «limpiar su acto de fomentar un ambiente de trabajo hostil».

Devastado, Lenny consideró la reprimenda un ataque a su carácter y una falta de aprecio por sus veinte años de servicio. Esa noche, Lenny se puso en contacto con su amigo Cooper.

«Si no eres feliz en tu carrera, sabes que haces bien tu trabajo y no sientes que se te recompense adecuadamente, reconsidera tu compromiso con la empresa. Pero el cambio no servirá de nada si no controlas tu actitud y tu consumo de alcohol. En algún momento, tienes que dejar de culpar a los demás y mirar hacia dentro -le instó Cooper, aunque podía ver, por los ojos en blanco de Lenny y la inestabilidad de su andar, que su mensaje se había perdido.

Hablando entrecortadamente, Lenny prometió moderar su angustia. A medio escuchar, se negó a aceptar que la culpa era suya.

Mientras tanto, la venganza se enconaba.

Era viernes por la tarde. La fecha de la fiesta anual de la oficina. Aunque vacilante, Lenny fue finalmente invitado. Omitirlo no sería prudente, razonó su supervisor. Al fin y al cabo, Lenny lo estaba intentando.

Todos los empleados que asistieron a la fiesta disfrutaron, excepto Lenny. Los rostros de los recién ascendidos que aparecían en el tablón de anuncios le miraban como si se burlaran de su deliberada omisión.

La cabeza le latía con fuerza. Su pulso se aceleró. Apretó y aflojó los puños, mientras permanecía acurrucado en el rincón más alejado, cerca de la barra libre. Aquí no tengo amigos, declaró en silencio. No debería haber venido. Todos se ríen, me acusan. La habitación se arremolinaba mientras él sacudía la cabeza en un intento de expulsar a los gremlins del pensamiento que vagaban sin control, distribuyendo vapores de alcohol a su paso.

Lenny se despertó el sábado por la mañana y descubrió que su monstruosa resaca venía acompañada de una carta de despido.

Conmocionado, sus hombros subían y bajaban con cada respiración entrecortada. No podía recordar detalles de la noche anterior después de su llegada, especialmente que lo expulsaran de la fiesta y lo enviaran a casa en taxi.

Cooper llegó con ayuda. Agradeció la llamada del supervisor de Lenny pidiéndole que fuera a ver cómo estaba. No tener familia significaba que podía intervenir y ayudar a su amigo haciendo que se lo llevaran no sólo por su seguridad, sino por la de los demás.

Atónito ante los garabatos del cuaderno de Lenny, su indecisión a la hora de internar a Lenny para su evaluación se disipó. Su oportuna y necesaria intervención salvó no sólo a su amigo, sino a innumerables personas.

Para mi tema, me inspiré y utilicé la publicación de @daily.prompt de 27 May 2025, @mariannewest's Freewrite Writing Prompt Day 2749: monstrous hangover.