Imagen de mi autoría generada con PiclumenDesde que nació, Abril no emitió ni un solo sonido.
Ni un llanto, ni una risa, ni siquiera esos griticos que hacen los bebés cuando descubren su voz. Los médicos simplemente dijeron lo de siempre, que tenía una deficiencia del habla, a sus papás se les encogió el corazón, pero ella sonreía como si no hiciera falta nada más.
Lo curioso empezó cuando tenía unos tres años. Si estaba feliz, aparecían margaritas entre sus dedos, si estaba triste, florecían pequeñas violetas en su palma, cuando estaba enojada eran amapolas cerradas y rojas que temblaban con fuerza.
Al principio creyeron que era alguna reacción alérgica, hasta una brujería dijo una vecina, pero la niña solo los miraba en silencio, y al abrir la mano, ahí estaba todo lo que sentía.
Creció con su propio idioma, no hablaba, pero nadie decía tanto como ella y sus hermosas flores. Las maestras aprendieron a “leerla”, los amigos también, si te daba un ramito de azahares era porque te quería mucho, pero si era una flor marchita, lo mejor era no preguntarle nada.
Un día, un niño nuevo en la escuela se burló de ella, le dijo muda, rara, Abril se quedó muy quietecita y le extendió la mano con una flor blanca, casi transparente, con pétalos frágiles que se deshacían en el aire.
El niño no entendió, pero esa noche soñó con el mismo jardín que ella llevaba por dentro.
Nunca nadie supo por qué ni cómo pasaba eso, pero todos sabían que ella sentía tanto y tan profundo, que las palabras se le volvían raíz.
Una vez, alguien muy sabio lo dijo en voz alta, frente a todos, y yo lo escuché:
“Lo de Abril no es una deficiencia, es una hermosa forma de hablar, una que muchos jamás llegarán a entender.”
Desde entonces, cada vez que veo a alguien callado, me pregunto qué flores estaría queriendo decir.
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🇬🇧 English Version
Image created by me with PiclumenSince she was born, Abril hasn't made a single sound. Not a cry, not a laugh, not even those little squeals babies make when they discover their voice. The doctors simply said the usual: that she had a speech impediment. Her parents' hearts sank, but she smiled as if nothing else were needed. The curious thing started when she was about three years old. If she was happy, daisies appeared between her fingers; if she was sad, small violets bloomed in her palm; when she was angry, they were closed, red poppies that trembled violently. At first, they thought it was some kind of allergic reaction, even witchcraft, a neighbor said, but the girl just looked at them in silence, and when she opened her hand, everything she felt was there. She grew up with her own language; she didn't speak, but no one spoke as much as she and her beautiful flowers. The teachers learned to "read" her, as did her friends. If she gave you a bunch of orange blossoms, it was because she loved you very much, but if it was a wilted flower, it was best not to ask her anything. One day, a new boy at school made fun of her, calling her mute and strange. April stood very still and held out her hand to him with a white, almost transparent flower, with fragile petals that crumbled in the air. The child didn't understand, but that night he dreamed of the same garden she carried inside. No one ever knew why or how this happened, but everyone knew she felt so much and so deeply that the words became her root. Once, someone very wise said it out loud, in front of everyone, and I heard it: "What April did isn't a deficiency, it's a beautiful way of speaking, one that many will never understand." Since then, every time I see someone silent, I wonder what flowers they were trying to say. If you want to contribute to this content I invite: @alicia2022 @osomar357 @ungrancuento
