Hola Vanessa (@vezo):
Te cuento que todos esos juegos que mencionas en tu texto los jugué. El que menos me gustó, o que no me gusta para nada, es el dominó, y eso que papá era el imbatible.
Con el tiempo descubrí que esos juegos no me divertían; más bien, me aburrían. También se suma que muchos de ellos se juegan en equipos, y yo con los equipos nada que ver.
Cuando descubrí el mundo de los videojuegos, fue como ver una luz celestial. Mi primera consola: un Atari. Fue un regalo que me hice y del que tengo maravillosos recuerdos. Después llegaron otros, los juegos en los computadores, y hoy en día me desestreso con juegos de la web 3.
Pienso que cada generación tiene su época. No estoy en desacuerdo con que los niños tengan sus teléfonos inteligentes. La falla no está en la máquina, está en la educación. Mis cuatro hijos tuvieron sus consolas, sus teléfonos, y hoy en día son buenos muchachos. Fueron guiados con sabiduría. Aparte de sus máquinas, se les inculcó hacer deportes; natación y fútbol eran sus preferidos.
Como siempre, la he pasado bien leyendo tu publicación. Mi cariño eterno para ti. Gracias por la invitación.