Un placer saludarles amigos de #Holos-Lotus. La querida @charjaim en su iniciativa Esta vida Nuestra nos invita a reflexionar sobre la maternidad. Cosa que me emocionó muchísimo porque para las que somos madres nos es muy fácil hablar de nuestra propia experiencia.
En mi caso nunca románticé la maternidad hasta que fui madre.
Pasé años diciendo que no quería tener hijos, deseaba ser Madre superiora 😜 y miren soy superiora de tres.
Pasaron años y tuvo que llegar Osmel a mi vida para que deseara tener un hijo y bueno tenemos 3.
Ser madre te cambia todo y con todo me refiero a tu vida total. Ser madre y aquí podrán no estar de acuerdo, es la mayor esclavitud (dulce esclavitud) en países como Cuba donde no se tiene el mínimo de condiciones materiales, de apoyo, muchos incluida nuestra familia pone el grito en el cielo cuando ven que llega el tercer hijo. Las críticas, las frases como: están locos, tan joven te vas a llenar de muchachos, no faltaron, tampoco aquellas: donde comen dos, comen tres.
La maternidad no me resultó tan terrible como la veía y aunque no han faltado las noches sin dormir, las preocupaciones, el cansancio; esta es la experiencia más hermosa de mi vida.
Es el acto de amor más grande que he realizado.
Hoy miro 10 años atrás y pienso que muchas cosas las hubiera hecho distinto pero sucede que la maternidad no viene con un manual. Absolutamente Rachel, Rocío y Nathan, han tenido mi prioridad en todo y no es que esté bien o mal, es la forma, la tranquilidad que encuentro para saber y sentir a mis hijos con lo mínimo y justo necesario. Solo les sé bien si toco todo lo que se relaciona con ellos, con mis propias manos. Bendigo el soporte que me da Osmel, su padre que me acompaña en el trayecto para darme el soporte para maternar sin el desgaste físico y mental.
Ando perdiendo el foco por estos días, ando demasiado visceral. Sucede que la condición de madre, no es ni mejor o más válida que otra condición, en un acto en principio más espiritual que objetivo. Siendo madre te humillas, soportas, toleras, o luchas como fiera aún sin tener razón, por la simple razón de un hijo.
Una vez mi Rachel, mi hija de 10 años me dijo __"mami, quiero trabajar, quiero ya que descanses" y fue un golpe al rostro descubrir que mi hija, la patria que yo conozco, había visto en mí una insana manera de maternar en sacrificios, un desgaste que le afectaba. Con eso tengo que lidiar. Me hace feliz la mujer que estoy criando, pero el dolor de "vivir la vida" en medio de tantas adversidades, aún me lastra.
No soy de las que peores viven en este país, pero eso no quita que vea a diario la desesperación de muchas madres cuando miran, tocan, abrazan a sus hijos. Un beso que damos con la energía de saber que no tenemos para más, no puede ser un beso total. El beso de la carencia es un beso desgarrador. Besamos y abrazamos a nuestros hijos con la congoja de no estar siendo suficientes, y eso no está bien.
Entendamos todos que cuando vemos una mujer_ madre orgullosa, romántica de sus hijos y su roll, no nos queda más que honrarla porque ella es la matria.
Este post es contenido original creado y documentado por mi
Todas las fotos utilizadas son de mi propiedad. Imagen de portada editada con Canva y sus recursos
English
It's a pleasure to greet you, my friends at #Holos-Lotus. Our dear @charjaim, in her initiative, This Life of Ours, invites us to reflect on motherhood. Something that moved me deeply because for those of us who are mothers, it's very easy to talk about our own experiences.
In my case, I never romanticized motherhood until I became a mother.
I spent years saying I didn't want children; I wanted to be Mother Superior 😜 and look, I'm the superior of three.
Years went by, and Osmel had to come into my life to make me want a child, and well, we had three.
Being a mother changes everything, and I mean everything about your entire life. Being a mother, and you may disagree here, is the greatest slavery (sweet slavery) in countries like Cuba where people don't have even the minimum material conditions or support. Many, including our family, scream when they see the arrival of a third child. Criticisms, phrases like: you're crazy, you're so young you're going to fill up with boys, were not lacking, nor were those: where two can eat, three can eat.
Motherhood wasn't as terrible as I thought it would be, and although there have been sleepless nights, worries, and exhaustion, it's the most beautiful experience of my life.
It's the greatest act of love I've ever undertaken.
Today, I look back 10 years and think that I would have done many things differently, but the fact is that motherhood doesn't come with a manual. Absolutely, Rachel, Rocío, and Nathan have always put me first, and it's not that it's right or wrong; it's the way, the peace of mind I find in knowing and feeling my children with the bare minimum necessary. I only know them well if I touch everything related to them with my own hands. I bless the support that Osmel gives me, their father, who accompanies me on the journey to give me the support to mother without the physical and mental strain.
I'm losing focus these days; I'm too visceral. The fact is that being a mother is neither better nor more valid than any other condition, in an act that is, in principle, more spiritual than objective. As a mother, you humble yourself, endure, tolerate, or fight like a beast even without being right, for the simple reason of having a child.
My 10-year-old daughter, Rachel, once told me, "Mommy, I want to work. I want you to rest now." It was a shock to my face to discover that my daughter, the country I know, had seen in me an unhealthy way of mothering, a sacrifice that affected her. I have to deal with that. I'm happy being the woman I'm raising, but the pain of "living life" amidst so much adversity still weighs me down.
I'm not one of those who live the worst lives in this country, but that doesn't stop me from seeing the desperation of many mothers every day when they look at, touch, and hug their children. A kiss we give with the energy of knowing we don't have enough can't be a complete kiss. The kiss of lack is a heartbreaking kiss. We kiss and hug our children with the anguish of not being enough, and that's not right.
Let us all understand when we see a woman, a proud mother, romantic to her children and her role, we have no choice but to honor her because she is the motherland.
This post is original content are of my authorship.
The images are mine.
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