Saludos. El amigo @emiliorios en su columna para la comunidad de @holos-lotus nos invita a reflexionar sobre la espiritualidad. Les comento…
Durante la mayor parte de su existencia los humanos fueron conscientes de que había algo superior a ellos, potente, misterioso… Una fuerza invisible que sentían a cada momento, que se ponía de manifiesto cada vez que elevaban la vista al cielo y caían en cuenta de la vastedad del Universo… Siempre intuyeron que en los cuerpos habitaba algo que los animaba a levantarse cada día, que los impulsaba a ser amorosos con los semejantes. Con el paso del tiempo y por necesidad de comunicarnos, a ese algo lo llamamos espíritu…
Pero aceptar la presencia del espíritu no significa vivir en la ignorancia. El ser humano siempre ha querido conocer las cosas que le rodean.
Durante mucho tiempo el afán de conocimiento convivió sin mayores problemas con la aceptación del espíritu. Pero desde hace un poco más de quinientos años, sobre todo en Occidente, las cosas comenzaron a cambiar radicalmente, se fue perdiendo el respeto al misterio y se pensó que con la sola herramienta de la razón era más que suficiente para entender la gran complejidad de la vida humana y dar respuestas a los innumerables retos que se generan en la convivencia.
Es innegable que de la mano de la razón se han creado grandes realizaciones. Los avances de la medicina han permitido el crecimiento de la población, ahora la gente vive más tiempo y con mejores condiciones de salud. El desarrollo tecnológico ha hecho la vida más cómoda y nos ha permitido integrarnos de manera global. También tenemos ahora mucho más consciencia de la existencia de los otros, y el poder ser testigos de la vida de los demás nos abre la posibilidad de ser más sensibles.
Sin embargo, al centrarse únicamente en la razón, el ser humano ha distorsionado su visión de la realidad. Ha creído que tanto el cuerpo como el Universo no son más que simples mecanismos que se manejan de acuerdo a un conjunto de leyes, muchas de ellas conocidas y otras por develar. En nuestro tiempo se ha creado la ilusión de que somos capaces de controlarlo todo…
Las consecuencias de esa manera de pensar son más que visibles. Nunca antes los seres humanos habían alterado tanto nuestro planeta, la casa donde vivimos.
Hay quienes piensan que en problemas como los ambientales estamos muy cerca de llegar a un punto de no retorno. El asunto es tan serio que los más ricos están convencidos que en la Tierra la solución es muy difícil. Están dirigiendo sus esfuerzos a la posibilidad de conquistar el espacio exterior. Sus apuestas se hacen fuertes hacia esa perspectiva de tener algún sitio donde ir cuando el colapso se haga manifiesto…
Sin embargo, ese gran desbarajuste también nos está dejando algo positivo. Es notorio en nuestros días el renacer de lo espiritual. Tanto en el mundo religioso como fuera de él las personas están sintiendo la necesidad de conectarse con esa fuerza que los habita. Los movimientos de tipo espiritual son numerosos y de diversos tipos y están tocando el corazón de mucha gente...
En lo personal, luego de una larga pausa en los años de juventud, estoy de regreso a lo espiritual. Durante muchos años caí en la trampa de la híper racionalidad, me aparté de las creencias espirituales y religiosas. Nunca pensé que de ese modo estaba abriendo las puertas a la insatisfacción, la angustia, el asilamiento y la infelicidad.
Por fortuna pude enmendar mi camino y volví a un punto que me permite ver las cosas con mayor claridad. No obstante, debo reconocer que puede resultar paradójico pensar que mientras más profundo nos metemos en el mundo de la razón menos vamos comprendiendo la realidad que nos rodea. Y aunque siempre se nos ha dicho que la razón es el camino para el conocimiento, no debemos perder de vista que con el exceso de racionalidad corremos el riesgo de volvernos pragmáticos y mecanicistas.
Lo ideal sería encontrar un equilibrio entre razón y espiritualidad. Y mejor aún asumir que los seres humanos somos en esencia seres espirituales. Es en la espiritualidad donde podemos conectarnos como personas, donde podemos construir la empatía para tener un mundo de armonía, respeto y paz…
Gracias por tu tiempo.
Greetings. The friend @emiliorios in his column for the @holos-lotus community invites us to reflect on spirituality. Let me tell you...
During most of their existence, humans were aware that there was something superior to them, powerful, mysterious... An invisible force that they felt at every moment, that became evident every time they raised their eyes to the sky and realized the vastness of the Universe... They always sensed that in their bodies there was something that encouraged them to get up every day, that urged them to be loving towards their fellow men and women. With the passage of time, and because of the need to communicate, we call that something spirit...
But accepting the presence of the spirit does not mean living in ignorance. The human being has always wanted to know the things that surround him.
For a long time the desire for knowledge coexisted without major problems with the acceptance of the spirit. But since a little more than five hundred years ago, especially in the West, things began to change radically, the respect for mystery was lost and it was thought that the sole tool of reason was more than enough to understand the great complexity of human life and give answers to the countless challenges that are generated in coexistence.
It is undeniable that great achievements have been created by the hand of reason. Advances in medicine have allowed the population to grow, people now live longer and in better health. Technological development has made life more comfortable and has allowed us to integrate globally. We are also now much more aware of the existence of others, and being able to witness the lives of others opens up the possibility of being more sensitive.
However, by focusing solely on reason, human beings have distorted their view of reality. He has believed that both the body and the Universe are nothing more than simple mechanisms that operate according to a set of laws, many of them known and others yet to be unveiled. In our time, the illusion has been created that we are capable of controlling everything...
The consequences of this way of thinking are more than visible. Never before have human beings altered so much our planet, the home where we live.
There are those who think that in problems such as the environmental ones we are very close to reaching a point of no return. The matter is so serious that the richest are convinced that on Earth the solution is very difficult. They are directing their efforts to the possibility of conquering outer space. They are betting heavily on the prospect of having somewhere to go when the collapse becomes manifest...
However, this great upheaval is also leaving us with something positive. It is notorious in our days the rebirth of the spiritual. Both in the religious world and outside it, people are feeling the need to connect with that force that inhabits them. Spiritual movements are numerous and of diverse types and are touching the hearts of many people...
Personally, after a long pause in the years of my youth, I am back to the spiritual. For many years I fell into the trap of hyper rationality, I turned away from spiritual and religious beliefs. I never thought that in doing so I was opening the doors to dissatisfaction, anguish, isolation and unhappiness.
Fortunately, I was able to mend my ways and returned to a point that allows me to see things more clearly. However, I must admit that it can be paradoxical to think that the deeper we go into the world of reason, the less we understand the reality around us. And although we have always been told that reason is the path to knowledge, we must not lose sight of the fact that with an excess of rationality we run the risk of becoming pragmatic and mechanistic.
The ideal would be to find a balance between reason and spirituality. And better yet, to assume that human beings are in essence spiritual beings. It is in spirituality where we can connect as people, where we can build empathy to have a world of harmony, respect and peace...
Thank you for your time.
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