La mentira tiene patas cortas, una frase popular muy sabia. Todos en algún momento hemos dicho una mentira, tal vez para ser más populares o para obtener algún beneficio económico o profesional. Lo malo es que, como bien dice la frase con la que comencé este comentario, no se llega muy lejos con ella.

Es posible que algunas mentiras se consideren inofensivas, pero cuando una persona miente de forma constante, lo que genera es tristeza y decepción. Al final, esa persona lo único que está haciendo es aislarse, y probablemente terminará sola. Allí hay algo patológico.

En las redes sociales, las mentiras abundan sin medida, tanto en la web 2.0 como en la web 3.0, como en HIVE. He visto a muchos que se presentan como grandes personalidades y promueven ciertas ideas, pero en su vida real no practican lo que predican.

Creo que la gente siente que debe mostrar solo lo bonito en las redes sociales y ocultar lo negativo. Es lógico, ¿quién querría ver cosas negativas?

Cuando comencé en el mundo virtual, hace muchos años, mi mentor fue muy enfático: las redes sociales no son terapeutas, no son un lugar para compartir detalles personales, porque todo lo que expreses allí puede ser usado en tu contra. Desde entonces, he seguido ese consejo. Muy rara vez comparto aspectos de mi vida personal en redes, pero eso no significa que soy falso, simplemente cuido mi vida privada.

Es un tema bastante complicado, y se podría hablar mucho más sobre ello, pero en lo que respecta a la mentira, debemos ser tajantes: no debemos aceptarlas bajo ninguna circunstancia.

Muy buen texto, admirada amiga @cautiva-30. Cariños desde este lado de la pantalla.