Dicen que mal de muchos, consuelo de tontos. Y creo que es verdad, pero igualmente te cuento que pase por lo mismo, llegando a detestar el sobrenombre con que me llamaron en la infancia por culpa de la lengua de trapo de mi primo.
Sólo la distancia y un océano de por medio me libero, quedándose sólo para cartas y llamadas telefónicas de larga distancia. 😃
Hoy me da risa, pero con 10 años no.
Un abrazo Mar.
You are viewing a single comment's thread from: