La vida es un constante resolver problemas desde que nos levantamos de la cama. Decidir qué vamos a comer, qué hacer cuando no haya energía eléctrica, si podremos dirigirnos al lugar que queremos y cómo, de qué manera alimentar nuestras aficiones, y un sin fin de situaciones más.
Cómo alimentar nuestras aficiones.
Tomar las decisiones correctas con los mecanismos que disponemos es necesario. Si no resolvemos bien un determinado problema, surgirán otros que podrían agobiarnos, por lo que es necesario estar muy atentos.
El éxito en el logro de soluciones adecuadas nos ayuda a seguir adelante para afrontar otras dificultades. Diariamente podemos ver las soluciones, por ejemplo, cuando preparamos la comida: el dar con las proporciones, e ingredientes correctos adaptados al presupuesto y obtener un plato agradable. También lo es lidiar con el tiempo, obtener los recursos económicos, saber distribuirlos, atender la salud, cuidar de los nuestros, del entorno y por supuesto de nosotros mismos.
Podríamos enaltecer cada una de las pequeñas actividades y lo que hacemos diariamente para solucionar y sentirnos exitosos. También incluir aquí las más grandes y que han sido la motivación para mantener una afición de esas que da sentido a nuestra vida. Podría resaltar mis premios en la pintura, como unos de ese tipo. Esa fue una situación de éxito.
Pero también están las que no dieron frutos y que me niego a llamar fracasos, porque cada una de ellas sirvió para mostrar otras más valiosas. Por ejemplo, pude reconocer mi falta de habilidad para el manejo. Aprendí a hacerlo, pero fue algo que nunca me gustó, me generaba mucho estrés tener que estar atenta a tantos elementos, y el miedo a provocar un accidente me hizo desistir. Soy mejor como copiloto, puedo acompañar al chofer en viajes largos y conversar temas amenos para que no se duerma, prefiero ver por la ventanilla y distraerme con el paisaje. Mi experiencia me mostró que la conducción de vehículos no es para todo el mundo y que si más personas, así lo entendieran, habría menos accidentes automovilísticos.
Reconocer las áreas donde no tengo competencia, es también una manera de resolver problemas para mí. Evito lo que no me gusta y si me toca renunciar lo hago sin arrepentimiento. Es una manera de avanzar en lo que sí me gusta y requiere soluciones.
Pero si necesariamente debo afrontarlo porque de ello depende mi seguridad y la de los míos, entonces lo asumo y aprovecho el aprendizaje. De igual manera el desempeño en la vida diaria dio infinidad de ejemplos donde el deseo de hacerlo bien implicaba aprender. El cuidado de los hijos desde su nacimiento, su acompañamiento y supervisión, aspectos laborales en los ascensos o cambios de actividad.
En los actuales momentos atender la salud, en esta etapa, es importante, asumir el ejercicio, el cuidado de la piel, ojos, dientes, entre otros, para tener mejor calidad de vida y no convertirme en un problema para los míos.
La madurez ofrece una mirada más ecuánime para las diferentes situaciones que hay que atender. En mi caso, evito exponerme o involucrarme en temas que puedan generarme estrés. Me gusta delegar el trabajo pesado, lo que pueda provocar un inconveniente. Lo que pueda resolver y esté a mi alcance lo asumo sin inconveniente y lo que no, realizo las gestiones que ayuden a resolverlo.
Esta ha Sido mi participación para la iniciativa propuesta por @finec, donde nos pide compartir experiencias acerca de la resolución de problemas. Invito a: @lilianajimenez, y @sacra97.
Gracias por tu amable lectura.
Mi contenido es original.
He utilizado el traductor de Google.
Imágenes propias.
English Version
La vida es una constante solucionando problemas desde que nos levantamos de la cama. Decidir qué vamos a comer, qué hacer cuando no haya energía eléctrica, si podremos dirigirnos al lugar que queremos y cómo, de qué manera alimentar nuestras aficiones, y un sin fin de situaciones más.
Cómo alimentar nuestras aficiones.
Tomar las decisiones correctas con los mecanismos que disponemos es necesario. Si no resolvemos bien un determinado problema, surgirán otros que podrían agobiarnos, por lo que es necesario estar muy atentos.
El éxito en el logro de soluciones adecuadas nos ayuda a seguir adelante para afrontar otras dificultades. Diariamente podemos ver las soluciones, por ejemplo, cuando preparamos la comida: el dar con las proporciones, e ingredientes correctos adaptados al presupuesto y obtener un plato agradable. También lo es lidiar con el tiempo, obtener los recursos económicos, saber distribuirlos, atender la salud, cuidar de los nuestros, del entorno y por supuesto de nosotros mismos.
Podríamos enaltecer cada una de las pequeñas actividades y lo que hacemos diariamente para solucionar y sentirnos exitosos. También incluye aquí las más grandes y que han sido la motivación para mantener una afición de esas que da sentido a nuestra vida. Podría resaltar mis premios en la pintura, como unos de ese tipo. Esa fue una situación de éxito.
Pero también están las que no dieron frutos y que me niego a llamar fracasos, porque cada una de ellas sirvió para mostrar otras más valiosas. Por ejemplo, pude reconocer mi falta de habilidad para el manejo. Aprendí a hacerlo, pero fue algo que nunca me gustó, me generaba mucho estrés tener que estar atenta a tantos elementos, y el miedo a provocar un accidente me hizo desistir. Soy mejor como copiloto, puedo acompañar al chofer en viajes largos y conversar temas amenos para que no se duerma, prefiero ver por la ventanilla y distraerme con el paisaje. Mi experiencia me demostró que la conducción de vehículos no es para todo el mundo y que si más personas, así lo entenderían, habría menos accidentes automovilísticos.
Reconocer las áreas donde no tengo competencia, es también una manera de resolver problemas para mí. Evito lo que no me gusta y si me toca renunciar lo hago sin arrepentimiento. Es una manera de avanzar en lo que sí me gusta y requiere soluciones.
Pero si necesariamente debo afrontarlo porque de ello depende mi seguridad y la de los míos, entonces lo asumo y aprovecho el aprendizaje. De igual manera el desempeño en la vida diaria dio infinidad de ejemplos donde el deseo de hacerlo bien implicaba aprender. El cuidado de los hijos desde su nacimiento, su acompañamiento y supervisión, aspectos laborales en los ascensos o cambios de actividad.
En los momentos actuales atender la salud, en esta etapa, es importante, asumir el ejercicio, el cuidado de la piel, ojos, dientes, entre otros, para tener mejor calidad de vida y no convertirme en un problema para los míos.
La madurez ofrece una mirada más ecuánime para las diferentes situaciones que hay que atender. En mi caso, evito exponerme o involucrarme en temas que puedan generarme estrés. Me gusta delegar el trabajo pesado, lo que pueda provocar un inconveniente. Lo que pueda resolver y esté a mi alcance lo asumo sin inconvenientes y lo que no, realice las gestiones que ayuden a resolverlo.
Esta ha Sido mi participación para la [iniciativa](https://peakd.com/hive-131951/@finec/esp-eng-iniciativa-aprendiendo-a-resolver-problemas-un-espacio-para-compartir-experiencias- y-fortalecer-habilidades-oror-initi#comments) propuesta por @finec, donde nos pide compartir experiencias acerca de la resolución de problemas. Invita a: @lilianajimenez, y @sacra97.
Gracias por tu amable lectura.
Mi contenido es original.
Él utilizó el traductor de Google.
Imágenes propias.