Llevamos corazas, fuertes costras para que nada penetre y aún así nuestra vulnerabilidad sale a flote. A veces no se espera eso de la gente conocida o de la que le tenemos más confianza y sin embargo sucede. Reconozco que para algunas situaciones tengo una coraza débil y me dejo afectar por estas cosas y suelo responder a la defensiva. Siempre vamos aprendiendo y esto sigue siendo una tarea inconclusa.
Saludos cordiales.