Nunca estamos solos, si nos fijamos bien, permanentemente mantenemos un diálogo interior, que nos da razones para estar muchas veces ensimismados, o para salir a hacer cosas, es el pensamiento, la mente, el cerebro, o como querramos llamarlo.

Este no descansa, antes de dormir nos dice cosas, si decidimos escucharlo es capaz que nos dé una buena noche de insomnio, entre él y los miedos se confabulan para que las ovejas se escondan.

Al otro día, al despertarnos, nos da la bienvenida y nos recuerda lo que dejamos de hacer y si es domingo podría aturdirnos con esos pensamientos que llegan precisamente ese día, cuando la rutina diaria cambia.

¿Qué vamos a hacer con ellos? prácticamente nada, siempre van a estar allí y considero que es lo mejor que suceda, una mente silenciosa podría ser un problema. Allí sí estaríamos realmente solos, más que acallar los pensamientos, lo que toca es enrumbarlos, apaciguarlos o entretenerlos, si es que nos están aturdiendo mucho.

Hay pensamientos realmente tercos y persistentes, que no se dejan convencer. A ellos me gusta decirles que recuerden que se dijo: «hágase su voluntad», cuando hicimos esa oración milagrosa. Me gusta descansar en la creencia de que Dios tiene sus planes conmigo.

Mi frase predilecta, la que digo y le digo a los demás, cuando me cuentan una preocupación, es «todo está bien», y es que es verdad, todo está bien. Solo con recordar que esas grandes angustias del pasado se resolvieron, algunas satisfactoriamente, y otras como debía ser, y la vida siguió su curso, me quedo tranquila.

Así como cuando se nos fija una canción y no podemos dejar de tararearla hasta que la escuchamos bien, o buscamos otra melodía, el pensamiento también se vuelve recurrente, analizarlo y tomar alguna decisión al respecto, ayuda a que ellos salgan del atasco y sigan su camino. Me ha pasado cuando he sido injusta, entonces busco solucionar, pedir disculpas, escribir acerca de ello, hablar con alguien hasta que ese pensamiento le da lugar a otro.

Desde que estoy en esta plataforma de escritura, me ocurre que redacto en el aire, veo o escucho acerca de algo, y el pensamiento solo me llega y es como si me dictara, entonces busco mi block de notas y paso a escribir en físico acerca de eso para que no se me olvide. Eso es lo bueno de tener una mente parlanchína.

Otras veces quiero realmente descansar y voy a la meditación. Quedarme absorta con la taza de café en el regazo mientras veo un pajarito, que viaja de una planta a la palma donde hace un nido, con una hebra de fibra o paja en el pico, es relajante, ni se imagina esa ave como me calma su oficio, mientras me origina nuevos pensamientos acerca de la maravillosa obra de Dios.

Entonces el cerebro se vuelve locuaz y un caudal de agradecimiento surge, y allí con esas expresiones lo dejo ser, que no se detenga, porque agradecer es la fuerza que provoca el bienestar de la vida.

Ahora que lo pienso...

We are never alone, if we look closely, we constantly maintain an internal dialogue, which often gives us reasons to be absorbed in ourselves, or to go out and do things, it is the thought, the mind, the brain, or whatever we want to call it.

He does not rest, before going to sleep he tells us things, if we decide to listen to him he is capable of giving us a good night of sleeplessness, between him and fears they conspire so that the sheep hide.

The next day, when we wake up, he welcomes us and reminds us of what we stopped doing and if it is Sunday he could stun us with those thoughts that come precisely that day, when the daily routine changes.

What are we going to do with them? practically nothing, they will always be there and I consider it to be the best thing that happens, a silent mind could be a problem. There we would really be alone, rather than silencing the thoughts, what we have to do is direct them, appease them or entertain them, if they are disturbing us a lot.

There are really stubborn and persistent thoughts that do not allow themselves to be convinced. I like to tell them to remember that it was said, “His will be done,” when we said that miraculous prayer. I like to rest in the belief that God has his plans for me.

My favorite phrase, the one I say and tell others, when they tell me about a concern, is "everything is fine", and it is true, everything is fine. Just remembering that those great anxieties of the past were resolved, some satisfactorily, and others as they should have been, and life continued on its course, I feel calm.

Just as when a song sticks to us and we can't stop humming it until we hear it well, or look for another melody, the thought also becomes recurring, analyzing it and making a decision about it, helps them get out of the jam and continue their journey. path. It has happened to me when I have been unfair, so I seek to solve it, apologize, write about it, talk to someone until that thought gives way to another.

Since I've been on this writing platform, it happens to me that I write in the air, I see or hear about something, and the thought just comes to me and it's as if it dictates to me, then I look for my notepad and I start writing physically about it. about that so I don't forget. That's the good thing about having a chatty mind.

Other times I really want to rest and go to meditation. Staying absorbed with the cup of coffee on my lap while I watch a little bird, which travels from a plant to the palm where it makes a nest, with a strand of fiber or straw in its beak, is relaxing, that bird can't even imagine how it calms me down. his craft, while giving me new thoughts about the wonderful work of God.

Then the brain becomes loquacious and a flow of gratitude arises, and there with those expressions I let it be, let it not stop, because gratitude is the force that causes the well-being of life.

Now that I think about it...