Siempre me ha gustado hacer regalos a esos seres que quiero, y que mejor época que la Navidad, de alguna forma me parece muy emotivo el poder entregar algún detalle, observar sus gustos o preguntarles, ya sea brindarles una comida, un postre, un obsequio por el cual pueda ver su sonrisa, sorpresa y felicidad que reflejan en sus rostros al recibirlos.
Después de llegar a la edad adulta, he sentido la gratitud de haber vivido esa etapa de mi vida, incluso en algunos momentos la añoranza de los recuerdos de mi infancia, al ver a los más pequeños de la casa.
Tengo tres sobrinitas, una de 11, 6 y 5 años, cuando las visito, me encanta llevarle siempre algún detalle: chucherías, lazos para el cabello, pulseras, crayones para el colegio, algún juguete y ver la cara de sorpresa y alegría en ellas es algo que me llena de satisfacción.
En algunos instantes al verlas, deseo que no crezcan tan rápido, porque siento esa necesidad de darles el cariño, de protegerlas, así como también me pasó cuando nació mi hija, hoy día doy gracias a Dios el haber disfrutado de cada etapa de su vida, aunque no como me hubiera gustado, habría preferido estar mucho más tiempo con ella de pequeña, ya que en esa época tenía muchos compromisos laborales y deseaba en todo momento brindarle el mayor bienestar posible.
Los niños son los más inocentes, no se preocupan qué van a comer, de dónde saldrá el sustento, sólo jugar, cumplir con las tareas y sentirse protegidos, tal cual como lo llegué a vivir en mi infancia, ya que esa responsabilidad la tuvieron mis padres. Me emocionaba cada año la llegada del niño Jesús o como otros lo llaman Papá Noel, recuerdo los afortunados que fuimos mis hermanos y yo, cuando mi madre escondía los regalos la noche de Navidad debajo de la cama y al otro día los descubríamos, llenos de sorpresa y felicidad.
Esa tradición también la adopté con mi hija, mis hermanos con mis sobrinos y éstos ahora con sus hijos, en realidad vivimos momentos muy gratos, apreciar el tiempo dedicado a preparar con todo el esmero esos detalles con tanto cariño, es algo muy valioso. Claro está que llevar a cabo ésta maravillosa tarea de ser padres, va de la mano el trabajar, no sólo dándoles cosas materiales, sino creándoles también sus responsabilidades desde chicos, como realizar sus tareas, organizar sus juguetes, que hagan recados, dándoles el ejemplo, motivados para hacer de nuestros hijos hombres o mujeres de bien.
Cómo creyente en Dios, le agradezco a la vida por la Bendición de tener a mi hija, por la dicha de ser su madre y del orgullo que siento por la mujer que es hoy en día, recordándole el deseo de que avance hacia el futuro, pero no olvide nunca el pasado, que se llene de humildad, para que pueda recordar siempre que en la sencillez está la verdadera grandeza y que en la vida a pesar de los problemas y situaciones que se presenten, siempre consiga razones para sonreír y ser feliz
I have always liked to give gifts to those I love, and what better time than Christmas, in some way I find it very emotional to be able to give a detail, observe their tastes or ask them, whether it is to give them a meal, a dessert, a gift for which I can see their smile, surprise and happiness that they reflect on their faces when they receive it.
After reaching adulthood, I have felt the gratitude of having lived that stage of my life, even at times the longing for the memories of my childhood, when I see the little ones in the house.
I have three little nieces, 11, 6 and 5 years old, and when I visit them, I always love to bring them something: sweets, hair bows, bracelets, crayons for school, toys, and seeing their surprised and happy faces is something that fills me with satisfaction.
At times when I see them, I wish they would not grow up so fast, because I feel the need to give them affection, to protect them, just as it happened to me when my daughter was born, today I thank God for having enjoyed every stage of her life, although not as I would have liked, I would have preferred to spend much more time with her when she was little, because at that time I had many work commitments and I wanted to give her as much wellbeing as possible at all times.
Children are the most innocent, they don't worry about what they are going to eat, where they are going to get their food from, they just play, do their homework and feel protected, just as I experienced in my childhood, since my parents had that responsibility. I remember how lucky my siblings and I were, when my mother would hide the presents under the bed on Christmas night and the next day we would discover them, full of surprise and happiness.
I also adopted this tradition with my daughter, my brothers and sisters with my nephews and nieces, and now with my nephews and nephews with their children, and we really enjoy the time spent preparing these details with so much care, it is something very valuable. It is clear that carrying out this wonderful task of being parents, goes hand in hand with working, not only giving them material things, but also creating their responsibilities from an early age, such as doing their homework, organizing their toys, running errands, giving them the example, motivated to make our children good men or women.
As a believer in God, I thank life for the blessing of having my daughter, for the joy of being her mother and for the pride I feel for the woman she is today, reminding her of the desire to move forward into the future, but never forget the past, to be filled with humility, so that she can always remember that in simplicity is true greatness and that in life, despite the problems and situations that arise, she will always find reasons to smile and be happy.
The pictures in my gallery taken from my Redmi 9 phone.
Las fotografías en mi galería tomadas de mi teléfono Redmi 9.
The designs in canva
Los diseños en canva
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