Imagen de mi autoría generada en www.imagine.artTe das cuenta de que la paz no viene cuando todo está bien, sino cuando aprendes a estar bien sin importar lo que pase.
Algo he aprendido a fuerza de golpes, y vaya que han sido bastantes, y es que la paz no es eso que pasa cuando todo en tu vida está perfecto, porque, siendo sinceros, ¿cuándo todo está perfecto?.
Siempre hay algo, un problema, una situación o una preocupación dando vueltas en la cabeza. Entonces si estas esperando que la vida se alinee mágicamente para sentirte en paz… no creo que lo logres.
Yo antes pensaba así, de verdad, creía que cuando por fin tuviera dinero, cuando encontrara a la persona correcta, cuando lograra mis metas, cuando…etc., ahí sí iba a estar en paz, sin preocupaciones, sin ansiedad.
Pero ¿qué pasó?, que cuando llegaban esas cosas que tanto quería, en vez de sentir esa paz prometida, encontraba otra cosa de qué preocuparme. Como si mi mente se las ingeniara para buscarme nuevos problemas.
La paz nunca va a depender de lo que pasa afuera, al contrario, siempre dependerá de cómo manejamos lo que pasa en nuestro interior.
Hace un tiempo estaba pasando por un momento un poco complicado, bueno realmente muy complicado, uno de esos momentos donde no sabes si existe una forma de salir bien parado, me la pasaba angustiado esperando que las cosas se resolvieran solas para poder sentirme tranquilo y en paz, hasta que en una conversación de café con mi compadre me dijo:
“La vida no va a dejar de darte problemas, lo que tienes es que aprender a no dejar que te roben la calma.”
Esa frase me cayó como un balde de agua fría.
Porque claro, ahí estaba yo pintado, dejando que mi paz dependiera de cosas que ni siquiera estaban en mis manos, como si yo pudiera ponerle pausa al mundo para acomodar todo a mi antojo.
Y, aclaro, no se trata de volverse un monje zen al que todo le resbala, obvio que no, somos humanos, nos preocupamos, nos enojamos, nos estresamos, pero el punto es aprender a no quedarnos atrapados en eso, a saber que pase lo que pase, uno puede encontrar maneras de estar bien sin que la vida tenga que ser perfecta.
Al final la paz es como un músculo, si no la entrenas cualquier cosa la debilita, y entrenarlo no significa esperar que todo sea bonito, sino aprender a respirar en medio del caos, a dejar de pelear con lo que no puedes cambiar y enfocarte en lo que sí.
Es más, piensa en esas personas que parecen tenerlo todo, dinero, éxito, amor… y aún así andan hechos un desastre por dentro, ¿Y por qué?, porque nunca aprendieron a manejar su paz desde adentro, entonces, si ni teniendo todo se logra estar en paz, el problema no es lo que tenemos o nos falta, sino cómo lo manejamos.
Así que la próxima vez que sientas que el mundo se te viene encima pregúntate ¿cómo puedo encontrar calma en medio de todo esto?. Capaz y te sorprendas de lo mucho que puedes soportar sin perderte en el camino.
Nos vemos en el próximo capítulo ;)
🇬🇧 English version
Image of my own, generated at www.imagine.artYou realize that peace doesn't come when everything is fine, but when you learn to be fine no matter what happens.
I've learned something the hard way, and there have been quite a few, and that is that peace isn't what happens when everything in your life is perfect, Because, let's be honest, when is everything perfect? There's always something, a problem, a situation, or a worry swirling around in your head. So if you're waiting for life to magically align itself so you can feel at peace... I don't think you'll achieve it. I used to think like this, I really did. I believed that when I finally had money, when I found the right person, when I achieved my goals, when... etc., then I would be at peace, without worries, without anxiety. But what happened? When those things I wanted so much arrived, instead of feeling that promised peace, I found something else to worry about. As if my mind was trying to find new problems for me. Peace will never depend on what happens outside; on the contrary, it will always depend on how we handle what happens inside. A while back, I was going through a somewhat complicated time, well, really, very complicated, one of those moments where you don't know if there's a way out on a good note. I spent my time anxiously waiting for things to resolve themselves so I could feel calm and at peace, until during a coffee conversation with my friend, he told me: That phrase hit me like a bucket of cold water. Because of course, there I was, letting my peace depend on things that weren't even in my hands, as if I could pause the world to arrange everything to my liking. And, let me clarify, it's not about becoming a Zen monk who doesn't care about anything. Obviously not. We're human. We worry, we get angry, we get stressed. But the point is to learn not to get caught up in that, to know that no matter what happens, one can find ways to be well without life having to be perfect. In the end, peace is like a muscle. If you don't train it, anything weakens it. And training it doesn't mean expecting everything to be beautiful, but rather learning to breathe in the midst of chaos, to stop fighting with what you can't change and focus on what you can. What's more, think about those people who seem to have it all—money, success, love—and yet they're still a mess inside. And why? Because they never learned to manage their peace from within. So, if even having everything still doesn't lead to peace, the problem isn't what we have or lack, but how we manage it. So the next time you feel like the world is coming down on you, ask yourself, "How can I find calm in the midst of all this?" You might be surprised by how much you can endure without getting lost along the way. See you in the next chapter ;)
“Life won't stop giving you problems; what you have to do is learn not to let them steal your calm.”
