Hi, girls!
I consider myself a peaceful woman. I don't like violence, not even in video games or movies, much less in real life. However, that doesn't mean I don't know how to defend myself. Despite not promoting the use of violence, I know that there are times when there is no other option. We need to learn how to defend ourselves in situations that involve the use of force.
I'm clear on one basic principle: force, violence, should be avoided at all costs. It's not a tool to impose oneself or demonstrate superiority.
Our physical strength or our ability to defend ourselves should never be used to demonstrate power over others, but with a single purpose: to preserve our lives, our physical integrity, or that of our loved ones when they are in imminent danger. It's an extreme measure, not a right.
It's very easy, too easy, to solve problems with violence. A shout, a blow, an act of aggression seem like quick fixes to frustration or conflict.
However, this only creates other, worse problems. Violence begets violence. An act of aggression invites revenge, escalating the conflict and leaving a trail of physical and emotional damage that takes years to heal, if it ever does.
Choosing that path is choosing to sow more pain.
That's why what's difficult, and what truly makes us great, is avoiding violence at all costs.
The great warriors, the truly strong ones, are not those who win every fight, but those who have the emotional intelligence and self-control to avoid conflict without losing their honor or dignity.
Knowing when to withdraw, de-escalate a situation, use words, or simply step aside requires more courage than confronting it.
For all these reasons, my position is clear: always try to make violence your last resort. The absolute last resort. Exhaust all avenues first: dialogue, negotiation, seeking help, and leaving.
But if that critical moment arrives when there is no other way to protect what is essential, then you must be prepared to act decisively, without hesitation, and within the limits of necessary self-defense.
Knowing this difference and acting accordingly is the greatest display of strength and inner peace a person can possess.
Versión en español
Hola, chicas!
Me considero una mujer pacífica. No me gusta la violencia ni siquiera en los videojuegos ni en las películas: mucho menos en la vida real. Sin embargo, eso no quiere decir que no sepa defenderme.
A pesar de no promover el uso de la violencia, me consta que hay ocasiones en que no existe otra salida. Necesitamos aprender a defendernos en casos que impliquen el uso de la fuerza.
Yo tengo claro un principio básico: la fuerza, la violencia, debe tratarse de evitar a toda costa. No es una herramienta para imponerse o demostrar superioridad.
Nuestra fuerza física o nuestra capacidad de defensa nunca debe utilizarse para demostrar poder sobre otros, sino con un solo propósito: preservar nuestra vida, nuestra integridad física o la de nuestros seres queridos cuando estén en peligro inminente. Es un recurso extremo, no un derecho.
Es muy fácil, demasiado fácil, resolver los problemas con violencia. Un grito, un golpe, una agresión parecen soluciones rápidas a la frustración o el conflicto.
Sin embargo, eso solo crea otros problemas peores. La violencia engendra violencia. Una agresión invita a la venganza, escalando el conflicto y dejando un reguero de daño físico y emocional que tarda años en sanar, si es que sana.
Elegir ese camino es elegir sembrar más dolor.
Por eso, lo difícil, y lo que realmente nos hace grandes, es evitar la violencia a toda costa.
Los grandes guerreros, los verdaderamente fuertes, no son los que ganan todas las peleas, sino aquellos que tienen la inteligencia emocional y el autocontrol para evitar el conflicto, sin perder por ello su honor o su dignidad.
Saber retirarse, desescalar una situación, usar la palabra o simplemente apartarse, requiere más coraje que enfrentarse.
Por todo esto, mi postura es clara: trata siempre que la violencia sea tu última opción. La absoluta última. Agota antes el diálogo, la negociación, la búsqueda de ayuda, el alejamiento.
Pero si llegara ese momento límite en el que no hay otra salida para proteger lo esencial, entonces debes estar preparada para actuar con decisión, sin vacilación y dentro de los límites de la defensa necesaria.
Conocer esa diferencia y actuar en consecuencia es la mayor muestra de fortaleza y paz interior que puede tener una persona.
