Hello, girls!
Dear @cautiva-30, I've talked about the topic you're bringing up for this week's community contest #258 many times with my children (and even my husband).
Aging is a natural occurrence. That doesn't mean that we consciously or unconsciously try to eliminate or disguise the passage of time on our bodies. We can age and grow, but we have to do so with the greatest possible grace and with pride in who we've become over these accumulated years.
Growing up, despite what some people think, isn't optional. We all mature to a greater or lesser extent.
The first change comes in adolescence, when we begin to stop seeing ourselves as children, when we emulate adults. Our games change, as does our way of seeing the world.
This is the stage that lasts the longest, especially for men. We women mature more quickly and leave this stage, sometimes before the end of the established biological timeframe. In psychological terms, we skip stages.
Men are capable of maintaining and extending this adolescent stage into their adult years. Some are eternal adolescents. But, of course, not entirely, but only partially. This is a characteristic that, in the right amount, is something I have tried to emulate. I always try to keep my inner child alive.
The third stage of maturity begins when our dreams and aspirations emerge. It's when responsibilities appear and begin to take up our time and take priority in our lives.
At this stage, we think about what we want to be as adults. That simple thought alone drives us to mature. School becomes increasingly difficult, we have to study harder, and extracurricular activities appear.
Already in college or when we study whatever we choose to do in life, maturing becomes optional. It depends on each person.
I doubt that those who choose immaturity will achieve anything in life. Those who consciously mature, focus, and achieve their goals are the ones most assured of success.
From this stage on, the level of maturity is directly proportional to the success we want to achieve in our future.
And, of course, there's parenthood. When we become parents, we mature.
There's no other way. It's a natural human instinct. Again, mothers mature faster, more naturally, than men. From the moment we realize we're pregnant, maturity accelerates.
We don't have to set out to mature; we do so to the extent that we accept our responsibilities, whether at home, with our partner, at work, in any aspect of life.
Maturing is not an option; it's a survival and adaptation strategy.
Versión en español
Hola, chicas!
Querida @cautiva-30, sobre el tema que traes para el concurso de la comunidad de esta semana #258, he conversado muchísimas veces con mis hijos (y hasta con mi esposo).
Envejecer es un hecho natural. Eso no quiere decir que de forma consciente o inconsciente tratemos de eliminar o disimular el paso del tiempo por nuestro cuerpo. Podemos envejecer, crecer, pero tenemos que hacerlo con la mayor gracia posible y con el orgullo de en lo que nos hemos convertido en estos años acumulados.
Madurar, a pesar de lo que algunos piensan, no es algo opcional. Todos maduramos en mayor o menor medida.
El primer cambio viene en la adolescencia, cuando comenzamos a dejar de vernos como niños, cuando emulamos a los adultos. Los juegos cambian y nuestra forma de ver el mundo.
Esta es la etapa que más dura, sobre todo en los hombres. Nosotras las mujeres maduramos más rápido y salimos de esta etapa, a veces antes de concluir el tiempo biológico establecido. En términos sicológicos, quemamos etapas.
Los hombres son capaces de mantener y extender esa etapa adolescente durante su etapa adulta. Algunos son eternos adolescentes. Pero, por supuesto, no en su totalidad, sino de forma parcial. Esta es una característica que, en la dosis correcta, es algo que he tratado de emular. Intento siempre mantener vivo mi niña interior.
La tercera etapa de la madurez comienza cuando comienzan nuestros sueños y aspiraciones. Es cuando las responsabilidades aparecen y comienzan a robarnos tiempo y a tomar prioridad en nuestra vida.
En esta etapa es cuando pensamos en lo que queremos ser de adultos. Ya ese simple pensamiento nos impulsa a madurar. La escuela es cada vez más difícil, hay que estudiar más y aparecen las actividades extracurriculares.
Ya en la universidad o cuando estudiamos lo que sea que elijamos hacer en la vida, es cuando sí madurar se vuelve algo opcional. Depende de cada uno.
El que elije la inmadurez, dudo que llegue a algo en la vida. El que a consciencia madura, se enfoca y cumple su objetivo. Es el que más asegurado tiene el éxito.
A partir de esta etapa es cuando el nivel de madurez es directamente proporcional al éxito que queramos alcanzar en nuestro futuro.
Y, por supuesto, está la paternidad y maternidad. Cuando nos convertimos en padres y madres, maduramos o maduramos.
No hay de otra. Es un instinto natural que tiene el ser humano. Nuevamente, las madres maduramos más rápido, de forma más natural que el hombre. Es que desde el momento en que concientizamos que estamos embarazadas, se acelera la madurez.
No hay que proponerse madurar, lo hacemos en la medida en que aceptamos nuestras responsabilidades, ya sea en la casa, en la pareja, en el trabajo, en cualquier aspecto de la vida.
Madurar no es una opción, es una estrategia de supervivencia y adaptación.
