🇪🇸 Mensaje diario de 5 minutos| El lujo de Don Efra • 🇬🇧 5 Minute Daily Message | The luxury of Don Efra

in Freewriters9 days ago

Imagen de mi autoría generada con ChatGPT


En el barrio todos conocían a Don Efra.

No por ser escandaloso ni nada por el estilo, más bien por lo contrario. Él siempre andaba con su sombrero de tela, su paso sereno y un “buenos días” que lanzaba con la misma intención con la que otros lanzan promesas.

Mientras los demás pasaban corriendo con sus maletines, trajes caros, relojes inteligentes y cafés en vaso de cartón, él se sentaba, bien tempranito, en su silla de mimbre a ver pasar la vida, a veces con su radio de pilas, otras con un libro gastado, o simplemente con un pan en la mano y un pajarito que lo visitaba todos los días.

Lo que muchos no sabían es que Don Efra seguía siendo carpintero. En su taller de madera vieja y herramientas con historia, construía mesas, sillas, juguetes y repisas. Pero lo hacía sin reloj, sin presión, sin catálogo.

Solo aceptaba encargos de gente que entendía su ritmo.

Si lo necesita para mañana, busque otro, decía con una sonrisa, aquí las cosas se hacen con calma.

Y aun así, con lo que ganaba, le alcanzaba, no para lujos, pero sí para vivir tranquilo, sin deudas, sin apuros y sin pretensiones.

Algunos vecinos murmuraban cosas como “pobrecito, tan solo”, o “con tanto tiempo libre”, sin notar que él trabajaba más que muchos, pero desde otro lugar, él solo sonreía, como quien ya aprendió que no hay que dar explicaciones por vivir distinto.

Lo curioso es que, cuando alguien se sentía abrumado, triste o sin rumbo, terminaba en el zaguán de Don Efra, y no, él no daba discursos ni recetas mágicas, solo soltaba frases como: “hoy está bonito pa’ respirar con calma” o “¿ya le sonreíste a alguien hoy?”

Un día, el hijo de Doña María, recién graduado, trajeado, con peinado de lado y engominado, pasó apurado y, en tono burlón, le preguntó:
Don Efra, ¿y usted nunca quiso tener más? Un carro bueno, un televisor grande, algo de lujo…

Don Efra, sin ofenderse, se encogió de hombros y dijo: No, mijo, yo trabajo para vivir, no vivo para trabajar. Con lo que hago, como bien, duermo en paz y tengo tiempo de mirar el cielo. ¿Qué más se puede pedir?

Y ahí se quedó, con su pancito, su radio y su tiempo bien ganado.

Porque hay quienes viven acumulando, y otros, como Don Efra, que simplemente vivir, pero vivir de verdad.


Si quieres participar en este contenido

Puedes hacerlo aquí...

Invito a: @alicia2022 @osomar357 @ungrancuento


🇬🇧 English Version

Image of my own, generated with ChatGPT


Everyone in the neighborhood knew Don Efra.

Not because he was scandalous or anything like that, quite the opposite. He always walked around wearing his cloth hat, his serene gait, and a "good morning" that he uttered with the same intention with which others make promises.

While others hurried by with their briefcases, expensive suits, smartwatches, and coffees in paper cups, he would sit, very early in the morning, in his wicker chair watching life go by, sometimes with his battery-powered radio, other times with a worn-out book, or simply with a loaf of bread in his hand and a little bird that visited him every day.

What many didn't know is that Don Efra was still a carpenter. In his workshop, made of old wood and historic tools, he built tables, chairs, toys, and shelves. But he did it without a clock, without pressure, without a catalog.

He only accepted jobs from people who understood his rhythm.

If you need it for tomorrow, find another one, he would say with a smile, things are done calmly here.

And even so, what he earned was enough, not for luxuries, but enough to live peacefully, without debt, without worries, and without pretensions.

Some neighbors murmured things like, "Poor thing, so lonely," or "So much free time," not noticing that he worked more than most. But from a different perspective, he just smiled, like someone who'd learned not to give explanations for living differently.

The funny thing is that whenever someone felt overwhelmed, sad, or aimless, they'd end up in Don Efra's hallway. And no, he didn't give speeches or magic recipes; he just blurted out phrases like, "Today is nice enough to breathe easy," or "Have you smiled at anyone today?"

One day, Doña María's son, a recent graduate, wearing a suit, with a side-swept, slicked-back hair, hurried by and, in a mocking tone, asked, "Don Efra, haven't you ever wanted more? A nice car, a big TV, something luxurious..."

Don Efra, without taking offense, shrugged and said, "No, my son, I work to live, I don't live to work." With what I do, I eat well, sleep peacefully, and have time to look at the sky. What more could you ask for?

And there he stayed, with his little bread, his radio, and his hard-earned time.

Because there are those who live accumulating, and others, like Don Efra, who simply live, but truly live.


If you want to participate in this content

You can do so here...

I invite: @alicia2022 @osomar357 @ungrancuento

Sort:  
Loading...

Bonita historia, gracias 👍

!DIY
!CCC
!POB

"yo trabajo para vivir, no vivo para trabajar" esa frase la recuerdo de una canción jajajajajaja...
Muy bonita la historia . En mi barrio, donde nací, recuerdo a varios Don Efra, daba gusto hablar con ellos.
Gracias por los recuerdos que me hiciste contactar.
Un abrazo

!HUESO
!LADY

Uses: 1/15
!PIZZA


View or trade LOH tokens.


@alicia2022, you successfully shared 0.1000 LOH with @akrros and you earned 0.1000 LOH as tips. (1/6 calls)

Use !LADY command to share LOH! More details available in this post.

Qué historia tan bonita y llena de sabiduría.
Don Efra nos enseña que la verdadera riqueza no está en lo material, sino en vivir con calma, en paz y disfrutando de las pequeñas cosas.
Su forma de ver la vida es un recordatorio de que no siempre necesitamos más, sino aprender a valorar lo que ya tenemos.

!ALIVE
!HUG