Imagen de mi autoría generada con ChatGPTAl principio fue como una gran chispa…
O mejor dicho, un gran incendio. Ella era ruidosa, directa, intensa, en cambio él era callado, metódico, como si le costara decir lo que sentía, pero no significaba que no sintiera..
Y, te juro, que durante un tiempo funcionó, porque a veces las diferencias se sienten como equilibrio. Ella lo empujaba a vivir más y él la calmaba cuando todo se volvía un lío.
Pero, poco a poco, lo que al inicio los unió se convirtió en fastidio, en cansancio, ella sentía que él no expresaba lo suficiente y él sentía que ella expresaba demasiado… y eso los llevó a discutir por todo.
Luego llegaron los celos, como una sombra pequeñita que creció y se convirtió en un monstruo, obviamente los celos no vinieron solos, los acompañaba el orgullo. Cuando algo salía mal, ninguno de los dos daba el brazo a torcer.
Se querían, no cabía la menor duda, pero definitivamente quererse les dolía mas que la felicidad que podían tener a ratos.
Y así se fueron acumulando las pequeñas incomodidades, las decepciones en silencio, las miradas con duda, y al final, el día que menos esperaban, pero que tanto anhelaban, simplemente llegó, y ya no se buscaron más.
No fue por una pelea, no hubo gritos, tampoco portazos, solo se acabó, así, sin mas, fue como si los dos hubieran aceptado que esa relación era una mezcla venenosa, una mezcla que en el fondo era necesidad, miedo, orgullo y costumbre.
Y bueno, es que a veces el amor no basta, porque lo mezclamos con cosas que lo envenenan, y cuando eso pasa, lo mejor… es aceptar el adiós.
Porque hay amores que, aunque duelan, se despiden en silencio…y está bien, porque a veces, el acto de amor mas grande es dejarse ir.
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Invito a: @alicia2022 @cpol @ungrancuento
🇬🇧 English Version
Image of my own generated with ChatGPTAt first, it was like a big spark... Or rather, a big fire. She was loud, direct, intense, while he was quiet, methodical, as if it was hard for him to express what he felt, but that didn't mean he didn't feel anything. And, I swear, for a while it worked, because sometimes differences feel like balance. She pushed him to live more, and he calmed her down when everything became a mess. But, little by little, what initially united them turned into annoyance, into exhaustion. She felt he didn't express enough, and he felt she expressed too much... and that led them to argue about everything. Then jealousy arrived, like a tiny shadow that grew and became a monster. Obviously, jealousy didn't come alone; pride accompanied it. When something went wrong, neither of them gave in. They loved each other, there was no doubt about it, but loving each other definitely hurt more than the happiness they could experience at times. And so the small discomforts, the silent disappointments, the doubtful glances accumulated, and finally, the day they least expected, but longed for so much, simply arrived, and they no longer sought each other out. It wasn't a fight, there were no shouts, no slammed doors, it just ended, just like that, as if they had both accepted that the relationship was a poisonous mix, a mix that was, deep down, need, fear, pride, and habit. And well, sometimes love isn't enough, because we mix it with things that poison it, and when that happens, the best thing is to accept the goodbye. Because there are loves that, even if they hurt, say goodbye in silence... and that's okay, because sometimes, the greatest act of love is letting go. If you want to participate in this content I invite: @alicia2022 @cpol @ungrancuento
