Recuerda:
"Aquel que se decidió a enseñar y mostrar aquello que sabe, tiene un requisito implícito: aprender primero y pulir lo aprendido. Y así mismo, para que lo expuesto brille".
Si algo aprendí estudiando y brindando mis exposiciones es sencillamente que esta vida "no es para vagos". Hacer las cosas de esta vida indudablemente no son difíciles y las puede hacer cualquiera. Pero se pone verdaderamente complicado para aquel que, tirado cómodamente, espera que todo lo que necesita y hasta el éxito le caiga encima, y que todo, por supuesto, se haga por sí solo.
Un ejemplo: se acuesta a dormir la siesta siendo un mendigo todo andrajoso y maloliente, y despierta siendo el presidente del país donde habita. Eso es simplemente algo que no es cierto, no va a pasar.
Entonces la pregunta sería: ¿Estamos dispuestos a poner el trabajo y el esfuerzo que requiera, por el tiempo que demande? Y si en verdad decidimos emprender algo libre, hay dos preguntas que deberíamos hacernos.
La primera: ¿Quién ha desarrollado antes un negocio exitoso? Y la segunda: ¿Si nunca antes construiste un negocio exitoso, quién podría asegurar que puedes hacerlo eficientemente?
Queda claro que deberemos aprender. Y el único percance que nos topamos es ser tan testarudos, tan creídos que la sabemos toda, y que el resto "Dios proveerá", que simplemente nos negamos a aprender cómo construir esta forma totalmente nueva de armar ése futuro genial, que nos espera.
Resulta fácil entender que dónde estamos ahora mismo es cien por ciento proporcional a cómo actuamos y pensamos tiempo atrás. Y si sinceramente hoy no nos gusta lo que nos pasa, vamos a tener que pensar y actuar diferente.
Nos agrada vernos disfrutando de las ganancias que tendremos, pero no de tener que cambiar para conseguirlo. Si verdaderamente deseamos cambiar lo que nos pasa, vamos a tener que cambiar lo que hacemos y cómo lo hacemos.
Aprender, para por medio de la práctica constante con aciertos y errores, logremos de una vez por todas, "transformarnos". No repetir como loros algo que grabamos de memoria, sino convertirlo en experiencia. Es que hay una inmensa diferencia entre "yo creo" y "yo sé". El "yo creo" definitivamente parece salido de "me lo contaron y elijo creerle". En cambio, el "yo sé" es lo vivido, es convicción pura.
Entonces la nueva pregunta sería: ¿Queremos verdaderamente estar preparados para tomar nuestro futuro con nuestras manos? Dicen que la acción termina desbaratando cualquier miedo, curándolo. "Yo lo sé". ¿Y vos?
Tal vez, allás resuelto que sea más fácil seguir quejándonos de que el dinero no alcanza y no hacer nada al respecto o sea "seguir en plan de vago"y así tirar por la borda el anhelo de un futuro mejor.