Qué grandioso homenaje, amigo. Tu fotografía no solo guarda rostros, guarda risas, abrazos, historias que siguen latiendo en tu memoria. Yuya, Maelo y Lismery no están físicamente, pero en tus palabras vuelven a la vida con fuerza, con alegría, con esa chispa que los hacía únicos.
!BBH
!HUESO
