Cuando se desaparecen los datos, me vez corriendo de un lado a otro y surgen las preguntas donde están las claves. Las respuestas varían desde un tú sabes que no se guardarlas y seguramente ustedes me ayudaron a buscarlas, hasta llegar al cuaderno donde todo esta anotado. Si un cuaderno de claves muy largas, número por número, con mayúsculas y minúsculas. Pero de que sirven si están en lápiz y las necesitas en la pantalla.

Una actualización y todo se desaparece. Causa una búsqueda incesante de las claves como si fueran la linea vital de toda una vida. Por eso los errores ocurren son simplemente momentos de pánico, donde no encuentras nada que te devuelva la vida. Respiras y te consuelas con un no se perdió nada, solo es un juego más donde pasabas las horas.

Puede resultarle inentendible al lector, pero no soy nada ducha a la hora de perder las claves, actualizar sistemas y buscar algún error en mi vida. Pero siempre hay alguno de los hijos por allí cercanos o a distancia que la vida me coloco en el camino para no perder las esperanzas.

Los errores nos enseñan, los errores son para corregir fallas nos enseñan las mil y una forma de probar los bombillos de la inteligencia. Lo bueno y malo es que nada se borra para siempre, esta allí para recordarnos que podemos meter la pata de vez en cuando, pero siempre habrá alguna forma de solucionarlo.