Esto nos recuerda a una película, dónde el demonio se lleva a la hija de la protagonista y ella debe bajar al mismo infierno a buscarla, al final logra recuperarla y cuando ya van camino a su casa, en el reflejo del vidrio del auto se ve a la niña sonreír de una manera maléfica, dando a entender que realmente la niña nunca volvió y siempre ha sido y será el demonio quien está dentro de ella.
Esperamos que no sea el caso de Buhito.