Tengo una anĂ©cdota de hace mĂĄs de 30 años, con una vecina que era muy supersticiosa. Le pedĂ prestada sal despuĂ©s de las 6 de la tarde, y me dijo: âNo deberĂa hacerlo, pero sĂ© que la necesitasâ. A los pocos meses muriĂł. De verdad, no sĂ© quĂ© pensar.
Pero que rayosssss... a veces , las casualidades nos hacen dudar. Me quede de cuadritos leyendo esa parte đš
Gracias por participar de #JulioDeSupersticiones