No hay como abrirse el día con una sonrisa y esa la has conseguido amiga mía hablando de El guayabero, un tipo tan chévere e inolvidable.
Lo conocí en los bajos del hotel Nacional de Cuba. Elegante, caballero, amante del buen trago y del chiste a tiempo.
Gloria de la cultura cubana, estampa finísima de eso que somos como nación, en el tejido con que nos mostramos al mundo.
Gracias!