Saludos, mis queridos, aquí estamos en otro jueves, con otra foto, otro día de aquellos.
Este sí que fue un día especial. Les cuento:
De izquierda a derecha estamos yo, mi hermanita Yari, mi mamá, mi cuñado, y la esposa de este, mi hermana Yura.
La foto la tomamos en plena fiesta familiar, el motivo: la graduación de mi hermana menor, Yari, en la escuela Internacional de Medicina Carlos J. Finlay, en La Habana, Cuba.
Ese día celebrábamos un sueño que nació cuando ella estudiaba en la Escuela Militar Camilo Cienfuegos de Las Tunas, donde ganó con sus notas y cualidades la carrera de Medicina Militar.
El reto no fue fácil, la capital quedaba muy lejos de nuestro hogar, las condiciones económicas tampoco ayudaban, pero ella merecía nuestro apoyo y lo tuvo. Todos en la foto pusieron su granito de amor y así el sueño se hizo posible.
Pero nadie sacrificó más que ella, lejos de casa, aprendiendo a salir a flote sola, a resolver conflictos, a priorizar tareas e intereses. Estudió con el talento y la responsabilidad que la caracterizan y llegó al fin con el ansiado título en la mano y una sonrisa cansada por el viaje, pero aun luminosa.
En casa la esperaba el típico cerdo asado que no falta en celebraciones cubanas, alguna que otra cervecita y una botella de ron salida de la nada con los primeros vecinos y amistades que fueron acercándose cuando supieron de su llegada.
Enseguida empezaron los planes:
"Doctora, que la pongan a trabajar en el consultorio del barrio a ver si por fin tenemos médico";
"Doctora, ahora puedo tomarme la presión todos los días";
"Doctora, ¿y usted ya tiene cuño y recetas?".
Qué se le va a hacer, así es el cubano.
De entre todas las fotos de ese día prefiero esta, en la que estábamos juntos otra vez, abrazados, bromeando, divertidos como siempre porque sin nosotros, su familia, ningún sueño para ella estaría completo.
Hoy la imagen se redimenciona porque, en busca de otros sueños también necesarios, todos han emigrado, solo quedo yo en este país. Esta foto me devuelve la alegría y la esperanza de que un día volveremos a bromear mientras alguien más enfoca al grupo y... bueno, ese día tendré otra historia para contar.
Un abrazo amigo, nos vemos por ahí porque ahora todos nuestros caminos conducen a Ecency 😉
Esta publicación se escribió sin usar IA. La imagen es mía y los banners se crearon en Canva
