Los niños detectan fácilmente el «aura» de una persona. Recuerda que nadie es «moneda de oro» para agradarle a los demás. Respeto la actitud del infante.
Mi hijo Matthew es igual, con su condición de autista amplifica sus sensores. Dependiendo de cómo habla una persona es más o menos agraciado. Dependiendo de la colonia, también cambia su temperamento. Si él siente que alguien está enojado conmigo, automáticamente descarta a esa persona…
Bendiciones para todos los niños sobre la tierra...