Hace un poco más de una semana recibí una noticia que no me esperaba del todo. Mi peso estaba fuera de control, y cuando yo pensaba que tenía un número un tanto alto, la báscula le agregó 5 más, haciéndome consciente de que el cambio debía ser de inmediato.
Desde que superé mi anorexia nerviosa, he tenido fluctuaciones con mi peso que me llevan a los extremos, y ahora justo estoy en el extremo de tener de más, no tanto por lo que como, sino por cuando lo hago, ya que a diferencia de lo recomendable, ingiero muchas harinas, sobre todo por las noches.
Pero luego de ese pesaje, ya fui consciente de que aunque sea lo más fácil de preparar, no es lo mejor para mi pues mi osteoartritis, junto con los años y la menopausia, terminarán pasándome una factura que no deseo pagar.
Empecé nuevamente con el ayuno de entre 12 y 14 horas diarias, siendo mi última comida a las 6:00 pm y en las mañanas solo tomo café con leche sin azúcar, y en algunos casos un batido de frutas, pero nada sólido hasta la hora del almuerzo.
También volví con la meta de hacer 10K de pasos diarios, contados desde mi app de Sweatcoin, y ahora también con el contador de actifit, para tener una doble motivación, además de mi salud, romper mis propios records. Sweatcoin lo tengo desde hace mucho, pero si no lograba rebasar la meta, no me sentía afectada, ahora simplemente no hay excusa para no hacerlo.
Justo ayer, antes de ir por mi hijo a la escuela por la tarde, me fui caminando a una farmacia con báscula digital para verificar si mi estrategia estaba dando frutos. No imaginan la alegría que me dio ver 1.5 kilos menos que los de hace 9 días atrás.
Parece poco, pero he empezado a notar los cambios: me siento más enérgica, duermo mucho mejor las pocas horas que dedico para eso, y ya no tengo esa sensación de hambre constante que me llevaba a comer cualquier cosa por la noche.
Por eso, me di un premio por una semana de constancia sin sentirme presionada. De hecho, ese día salí sin mi hijo quien siempre quiere acompañarme, entré en el Mc Donald y vi una promoción en la máquina para ordenar, como llevo tanto tiempo sin comer ahí, la pulsé, pero antes de pagar mi voz interior me dijo: "¿en serio vas a hacer esto?".
Cancelé toda la orden y solo pedí un café. Ese impulso fue más por aprovechar el momento, pero realmente ni ganas de comer tenía, solo que no actuaba con conciencia.
Disfruté mi café en silencio, dándole vueltas con el removedor, aunque no le agregué azúcar, pero son esas pequeñas acciones las que engañan al cerebro, y créanme que si funcionan.
Regresé con mi mochila de victorias recargada, tanto por la pérdida de peso, como por las decisiones tomadas. A veces son cosas simples las que terminan siendo el punto de partida para los cambios que necesitamos, pero no damos el primer paso.
A little over a week ago I received some news that I wasn't quite expecting. My weight was out of control, and when I thought I had a somewhat high number, the scale added 5 more, making me aware that the change had to be immediate.
Since I overcame my anorexia nervosa, I have had fluctuations with my weight that take me to extremes, and now I am at the extreme of having too much, not so much because of what I eat, but because of when I do it, since unlike what is recommended, I eat a lot of flour, especially at night.
But after that weighing, I was already aware that although it is the easiest thing to prepare, it is not the best for me because my osteoarthritis along with the years and menopause will end up passing me a bill that I do not want to pay.
I started again with fasting between 12 and 14 hours a day, being my last meal at 6:00 pm and in the mornings I only drink coffee with milk without sugar, and in some cases a fruit smoothie, but nothing solid until lunch time.
I also came back with the goal of doing 10K steps daily, counted from my Sweatcoin app, and now also with the actifit counter, to have a double motivation, besides my health, to break my own records. Sweatcoin I've had it for a long time, but if I didn't manage to exceed the goal, I didn't feel affected, now there is simply no excuse not to do it.
Just yesterday, before going to pick up my son from school in the afternoon, I walked to a drugstore with a digital scale to check if my strategy was paying off. You can't imagine how happy I was to see 1.5 kilos less than 9 days ago.
It seems little, but I have started to notice the changes: I feel more energetic, I sleep much better the few hours I dedicate to it, and I no longer have that feeling of constant hunger that led me to eat anything at night.
That's why I gave myself a prize for a week of constancy without feeling pressured. In fact, that day I went out without my son who always wants to accompany me, I went into McDonald's and saw a promotion on the machine to order, as I have not eaten there for so long, I pressed it, but before paying my inner voice told me: “Are you really going to do this?
I cancelled the whole order and just ordered a coffee. That impulse was more to seize the moment, but I didn't really feel like eating, I just didn't act with conscience.
I enjoyed my coffee in silence, swirling it around with the stirrer, although I didn't add sugar, but it's those little actions that trick the brain, and believe me they do work.
I came back with my backpack of victories recharged, both for the weight loss and the decisions made. Sometimes it's the simple things that end up being the starting point for the changes we need, but we don't take the first step.
Foto/Photo by: @mamaemigrante
Edición/Edited by @mamaemigrante using canva
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